Group Sound,
abreviado como GS, es un género de música Rock de Japón. Inspirados por los
Beatles, el Group Sound llegó a ser muy popular a mediados y finales de los 60.
Este género inició la fusión entre el Rock y la música Kayokyoku japonesa. En
junio de 1966 los Beatles visitaron Japón para una serie de conciertos en el
célebre Budokan Hall de Tokio. Su visita creó tal entusiasmo nacional entre los
adolescentes que provocó un cambio drástico en el modo de pensar de los músicos
japoneses, que empezaron a tocar sus instrumentos siguiendo el estilo de sus
nuevos ídolos. La denominación Group Sound al parecer fue acuñada cuando Jackey
Yoshikawa and His Blue Comets se presentaron en el show televisivo de
Yuzo Kayama. Kayama comenzó a bromear sobre lo difícil que era para el pueblo
japonés pronunciar Rock’n Roll correctamente, entonces Yoshikawa lo desafió
para buscar un término en inglés que los japoneses pudieran pronunciar
fácilmente a lo que Kayama sugirió Group Sound. A los pocos días, tanto los
medios como los fans de todo Japón, adoptaron la nueva expresión. Hacia 1967
surgieron en Japón más de treinta nuevas bandas, cuyos nombres tenían una clara
reminiscencia del Mod. Grupos como The Spiders, The Tempters, The
Carnabeats, The Jaguars y The Tigers, presentaron ese año sus
discos debuts.
Las bandas top del GS tuvieron una enorme popularidad provocando histerias durante y luego de los conciertos al mejor estilo de la beatlemanía. La escena musical japonesa ha sido dominada tradicionalmente por las estrellas Pop prefabricadas por las discográficas. Cada año una nueva generación de idorus (ídolos adolescentes), hace su aparición ante las masas de jóvenes que los adoran, introducidos a través de programas de TV de música Pop, ocupando el espacio que ocupaban los idorus del año anterior, a quienes las discográficas abandonaban o simplemente desaparecían por sí solos. La máquina de fabricar éxitos puede rastrearse hasta finales de la década de 1950, cuando los grandes poderes del show bussines descubrieron que esta nueva exportación occidental, el Rock’n Roll, podría llegar a ser muy lucrativa si tenían el control de las ganancias y podían dictar las últimas tendencias a la juventud japonesa. Después de una década de superadas las dificultades de la Segunda Guerra Mundial, los jóvenes japoneses se interesaron por el Rock’n Roll norteamericano. Los cazadores de talento exploraban clubes en búsqueda de jóvenes apuestos, de buena conducta y cierta calidad de artista que atrajera la atención de las masas. No era necesario saber cantar. Después de firmar contrato, el adolescente era refinado y se le daba una imagen acorde al estilo requerido. The Tigers, por ejemplo, facturaban más de un millón de dólares al año, sin embargo ellos tenían un sueldo fijo de 300 dólares mensuales. Una vez que la beatlemanía golpeó Japón la tendencia cambió y en vez de un idoru solista, se pasó a un grupo de hombres jóvenes, con cortes de pelo al estilo Mod y con guitarras eléctricas.
Las bandas top del GS tuvieron una enorme popularidad provocando histerias durante y luego de los conciertos al mejor estilo de la beatlemanía. La escena musical japonesa ha sido dominada tradicionalmente por las estrellas Pop prefabricadas por las discográficas. Cada año una nueva generación de idorus (ídolos adolescentes), hace su aparición ante las masas de jóvenes que los adoran, introducidos a través de programas de TV de música Pop, ocupando el espacio que ocupaban los idorus del año anterior, a quienes las discográficas abandonaban o simplemente desaparecían por sí solos. La máquina de fabricar éxitos puede rastrearse hasta finales de la década de 1950, cuando los grandes poderes del show bussines descubrieron que esta nueva exportación occidental, el Rock’n Roll, podría llegar a ser muy lucrativa si tenían el control de las ganancias y podían dictar las últimas tendencias a la juventud japonesa. Después de una década de superadas las dificultades de la Segunda Guerra Mundial, los jóvenes japoneses se interesaron por el Rock’n Roll norteamericano. Los cazadores de talento exploraban clubes en búsqueda de jóvenes apuestos, de buena conducta y cierta calidad de artista que atrajera la atención de las masas. No era necesario saber cantar. Después de firmar contrato, el adolescente era refinado y se le daba una imagen acorde al estilo requerido. The Tigers, por ejemplo, facturaban más de un millón de dólares al año, sin embargo ellos tenían un sueldo fijo de 300 dólares mensuales. Una vez que la beatlemanía golpeó Japón la tendencia cambió y en vez de un idoru solista, se pasó a un grupo de hombres jóvenes, con cortes de pelo al estilo Mod y con guitarras eléctricas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario