Menos conocido internacionalmente que la Samba, el Forró es uno de los géneros musicales tradicionales de Brasil. Su origen se remonta a las Fiestas de San Juan donde los músicos cantaban toda la noche. Originario de la región nordeste (el Sertao), tiene influencias indígenas, africanas y europeos. Los instrumentos básicos utilizados son la Sanfona (acordeón a piano), la Zabumba (un tambor chato grande precolombino), y el triángulo, a veces acompañado de una pandereta, todos instrumentos fáciles de transportan y que no necesitan electricidad. Esas características también ayudaron a que el Forró dejase de ser un ritmo restringido a las Fiestas de San Juan para convertirse en algo usual en cualquier fiesta. De hecho, en las grandes ciudades se puede bailar Forró casi a diario, y los fines de semana, grupos de jóvenes organizan encuentros más o menos improvisados al aire libre. Las letras, muchas veces relacionadas con el amor, evocan las duras vivencias del Serrato, las tristezas y las dulzuras de la vida nordestina, región a menudo olvidada por el resto del país. El Forró, que en principio se refería sólo a una fiesta, se transformó luego en un género musical y designa también al baile que lo acompaña. En realidad es un conjunto de estilos musicales relacionados, que constituyen varios ritmos identificados como Forró: Baiao, Coco, Quadrilha, Xaxado, Xote y Forró dos Cumpadres. Existen dos orígenes posibles al término Forró. La primera versión designa un lugar de baile y vendría de la expresión inglesa For All, ya que los ingenieros británicos que trabajaban en Pernambuco en el ferrocarril, organizaban fiestas e invitaban a todos, poniendo en la puerta del lugar un cartel que decía For All, y de ahí la deformación lingüística. Otros dicen que cuando llegaron los ingleses ya existía la palabra de origen africano Forrobodó, que significa arrastrapiés, confusión, desorden, y que era utilizada para designar fiestas populares. El Forró se baila en parejas, formando una combinación sencilla de pasos, dos de un lado, dos del otro, girando alrededor de la sala como cualquier otro baile de salón. Se baila con los cuerpos entrelazados y la mujer se deja llevar por el cuerpo del hombre, recordando en cierto sentido al Targo, a pesar que los movimientos del Forró son mucho más quebrados.
Sin el erotismo y la energía de la Lambada y lejos de la playa, el Forró es un ritmo más rústico. El ritmo nordestito, del cual no se sabe muy bien cómo apareció, fue presentado al sur de Brasil en los años 40 por Luiz Gonzaga. Al principio, Gonzaga vestido con el tradicional sombrero de cuero y ropa de bandolero, fue recibido con ciertos prejuicios, pero luego se volvió popular en la zona de Río de Janeiro y San Pablo. Las provincias del nordeste son las más pobres del país por lo que muchos habitantes emigran para los estados del sur en busca de mejores condiciones de vida. El hecho de que el Forró no se practicara en el sudeste no significaba que estuviese muerto. En el norte se lo bailó siempre. Eso explica que bandas como el Trío Nordestito existen desde hace más de 40 años. A raíz del Forró tradicional del norte surgió a finales de los 80 el Forró moderno que agregó al trío típico de instrumentos, guitarra, batería y teclados, así como coreografías acrobáticas. Con la crisis económica la burguesía del sudeste dejó de viajar a Miami y las Bahamas y eligieron el nordeste de Brasil como destino turístico y allí redescubrieron el Forró. Uno de los renovadores del género es Alceo Valença. Esta forma modernizada del Forró ha conquistado al público, incluso internacionalmente. Pero por suerte no desapareció la versión original de éste género en el que se inspiraron muchos de los grandes músicos brasileños.
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