domingo, 1 de diciembre de 2024

Renacimiento de Harlem

 

El Renacimiento de Harlem fue una época dorada para la cultura afroamericana, la cual tuvo lugar a principios del siglo XX. Su impacto fue duradero tanto fuera como dentro del país, y sentó las bases del movimiento por los Derechos Civiles de las décadas de 1950 y 1960 en EEUU.

Este boom cultural fue impulsado por el movimiento Black Pride, por la determinación de los artistas negros para plasmar fielmente la experiencia de ser afroamericano, así como por la convicción de que la literatura, el arte, el teatro y la música creada por gente de color eran formas de activismo que promovían políticas progresistas y de integración. Algunos de los nombres vinculados a este movimiento incluyen a Langston Hughes, Zora Neale Hurston, W.E.B. Du Bois, Josephine Baker y Louis Armstrong.

Tras la aprobación del Acta de los Derechos Civiles de 1875, los supremacistas blancos comenzaron a organizarse para recuperar el poder en el sur de los EEUU. Hacia finales del siglo XIX y principios del XX, varios estados comenzaron a ejercer las llamadas leyes Jim Crow, regulaciones locales que permitían la segregación racial. Los linchamientos aterrorizaron a la población negra y varios políticos racistas conspiraron para privar a los afroamericanos de sus derechos.

A medida que la vida en el sur se empezó a poner difícil y peligrosa, muchos afroamericanos emigraron a las ciudades del norte que ofrecían mejores oportunidades laborales, como Chicago, Filadelfia, Detroit y Nueva York. A este movimiento poblacional se le conoció como la Gran Migración. Entre los destinos de este desplazamiento se encontraba Harlem, que atrajo a más de 175.000 afroamericanos.

Harlem fue establecido en el siglo XIX como un vecindario solo para blancos de clase media y media alta. Sin embargo, el desarrollo inmobiliario excesivo trajo como resultado un alto número de casas y edificios vacíos. Los propietarios empezaron a desesperarse por alquilar estos espacios, lo que propició que, a principios del siglo XIX, muchas familias negras comenzaran a mudarse a la zona a pesar de la resistencia de los residentes blancos. Eventualmente, muchos descendientes de europeos se trasladaron fuera del barrio, de forma que Harlem se convirtió en un vecindario mayoritariamente afroamericano.

El teatro afroamericano floreció durante el Renacimiento de Harlem, en parte gracias a los escritores e intérpretes que rechazaban los Minstrels (género teatral norteamericano de corte racista) y el blackface, un tipo de pintura facial empleada por los blancos para burlarse y degradar a los negros. Las obras afroamericanas pusieron la realidad social negra y a los actores negros al centro del escenario, recurriendo al realismo, explorando emociones humanas complejas y desmantelando estereotipos dañinos.

Algunos de los dramaturgos más connotados del Renacimiento de Harlem incluyen a Dunbar Nelson, Gimké, Hurston, Thurman, Hughes, Mary P. Burrill, Marita Bonner, Georgia Douglas Johnson, Willis Richardson, Eulalie Spence, Frank Wilson y Randolph Edmonds. Willis Richardson fue uno de los más prolíficos: su obra “The Chip Woman’s Fortune”, producida en 1923, fue la primera obra no musical escrita por un afroamericano en ser presentada en Broadway. “Mulatto”, escrita por Langston Hughes e interpretada por primera vez en 1935, es considerada una de las obras teatrales más exitosas del Renacimiento de Harlem.

Shuffle Along”, de Eubie Blake y Noble Sissle, fue uno de los primeros musicales de Broadway escritos y dirigidos por afroamericanos. Esta obra catapultó la carrera de la bailarina y cantante Josephine Baker, nacida en Missouri, quien eventualmente se mudó a Francia para convertirse en una de las figuras más populares y mejor pagadas de los años 20.

El poeta Claude McKay fue una figura central del Renacimiento de Harlem. En 1919, McKay publicó “If we must die”, valorado como uno de los poemas más famosos de todos los tiempos. Y aunque sus estrofas no hacen referencia directa al tema racial, es visto como un llamado a la resistencia y una respuesta a los linchamientos que seguían ocurriendo a lo largo del país. James Weldon Johnson y Langston Hughes entretejieron varias manifestaciones musicales negras –como el Ragtime, el Jazz y el Blues– en sus poemas. “The weary Blues” es un notable ejemplo de la poesía Jazz escrita por Hughes.

En su icónico ensayo, “The Negro Artist and the Racial Mountain”, Hughes condensó el espíritu del Renacimiento de Harlem: “Nosotros, los artistas negros más jóvenes, ahora pretendemos expresar la individualidad de nuestra piel oscura sin temor a la vergüenza”.

Las antologías “The Book of American Negro Poetry” y “The New Negro”, de James Weldon Johnson y Alain Locke respectivamente, así como “Cane”, de Jean Toomer, también son consideradas obras trascendentales. “The New Negro” incluye el trabajo de varios escritores y poetas afroamericanos, desde los famosos Zora Neale Hurston, Hughes, Toomer y McKay, hasta figuras menos conocidas como la poetisa Anne Spencer.

El artista plástico más celebrado del Renacimiento de Harlem es Aaron Douglas, a menudo llamado “el padre del arte negro norteamericano”. Douglas participó en la antología de Locke con ilustraciones que representaban el estilo de vida de los negros. También pintó grandes murales con alegorías de la historia afroamericana y la vida contemporánea.

Uno de sus trabajos más conocidos es una serie de cuatro murales realizados para la filial de la Biblioteca Pública de Nueva York en la calle 135 de Harlem, titulada “Aspects of Negro Life”.

Jacob Lawrence logró el reconocimiento público a los 23 años gracias a “Migration Series”, una colección de 60 paneles que narra la migración afroamericana del sur al norte de EEUU.

Lois Mailou Jones, Augusta Savage, el fotógrafo James Van Der Zee, Richmond Barthé y Charles Aston son otros prominentes artistas visuales del Renacimiento de Harlem.

El Renacimiento de Harlem surgió cuando la era del Jazz ya estaba en marcha. Este periodo se caracterizó por la creciente popularidad y proliferación de la música Jazz, un género con expresivos ritmos sincopados y varios grados de improvisación, entre muchos grupos demográficos de todas las regiones. Al igual que el Ragtime y Blues, sus géneros predecesores, el Jazz fue inventado por músicos negros, lo que lo convierte en una parte intrínseca del Renacimiento de Harlem.

En este periodo, algunos maestros del Jazz como Duke Ellington, Billie Holiday, Ella Fitzgerald y Louis Armstrong saltaron a la fama, gracias en parte a presentaciones en el Cotton Club de Harlem. Aunque este recinto estaba segregado (“solo los clientes blancos podían ingresar al establecimiento, mientras que todo el entretenimiento y los servicios eran proporcionados por artistas negros” explica Harlem World Magazine), tuvo un rol crucial en la popularización del Jazz y ayudó a promover la causa del movimiento.

Los géneros de baile más asociados con el Jazz, como el Charleston y el Tap, se convirtieron en modas internacionales gracias a la enorme popularidad del teatro de revista musical interpretado solo por negros.

El desplome de la bolsa de 1929 marcó el inicio de la Gran Depresión. La era dorada de Harlem comenzó a desvanecerse, provocando que el abandono y el desempleo volvieran al barrio. Sin embargo, los nombres, publicaciones y obras de arte asociadas con el Renacimiento de Harlem tuvieron un impacto perdurable e inspiraron a futuras generaciones de artistas de origen africano, incluyendo a los intelectuales negros de habla francesa que vivían en París.

Aunque la era dorada de Harlem terminó a mediados de la década de 1930, su legado aún vive. Además de las contribuciones hechas por artistas, escritores y músicos, el movimiento abrió el camino para logros futuros. Desde artistas modernos como Jacob Lawrence hasta el icónico Teatro Apollo, el área siguió formando figuras y sitios aún más importantes a lo largo del siglo XX.

En 2013, la primera dama Michelle Obama dio un discurso en este barrio de Nueva York, al que elogió como un sitio importante de la historia afroamericana. “Hay una razón por la que quería traerlos a Harlem hoy”, dijo, “y se debe a que esta comunidad está infundida con el tipo de energía y pasión que es esencialmente estadounidense pero que también ha llegado a muchas personas en todo el mundo”.

Obama concluyó su discurso leyendo un fragmento del poema de Langston Hughes, “Dreams”.

 

 

Fuentes:

 

• Domestika.org

• Mymodernmet.com

 


 




































 






















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