miércoles, 8 de mayo de 2024

Feminejo (Brasil)

 

 

Equivalente brasileño de la música Country, el Sertanejo empezó a consolidarse como género musical a partir de la década del 70. Descendiente de la música Caipira, que tiene a la guitarra criolla como su principal instrumento, con letras sobre el medio rural y la vida en el campo, que exaltaban la naturaleza y la sencillez de la vida rural, llena del patriarcado tradicional del mundo rural.

Con el tiempo, el ritmo sufrió muchas transformaciones, adaptándose a lo que requería la sociedad de su época e incorporó elementos de otros estilos como el Pop, la Balada y el Bolero, y sus letras se transportaron a un contexto más urbano. Entre las décadas del 80 y el 90, las canciones Sertanejas tenían como principales temáticas el rescate de las tradiciones vinculadas al agro y las desilusiones amorosas. Con raras excepciones, como Irmãs Galvão y Roberta Miranda, el rol de intérprete era casi siempre masculino. Pasados más de 20 años, acompañando los cambios sociales y las discusiones sobre los roles cumplidos por la mujer en la sociedad, el escenario de la música Sertaneja empezó a sumar otros rostros, y sus canciones, otras temáticas. En los años 90, fue el crecimiento de la música Pop lo que influyó en el inicio de la primera transformación del ritmo Sertanejo. Las melodías se volvieron más bailables y, en otros momentos, dulces. Apareció el paisano romántico, el del hombre completamente enamorado, de su sufrimiento por el amor no correspondido de su mujer, de las peleas por “su” traición… En la década de 2000, las cosas empeoraron un poco (para las mujeres, por supuesto). Porque, si en la década anterior ella ya era la villana de la historia, la responsable de hacer sufrir al pobre, ahora ya ni siquiera importa. Lo que más desea un hombre es disfrutar, “burlarse”, salir a besar a todas. Y, bueno… pobre mujer que pensó que él estaba “allí” para ella.
Y muchos jóvenes que escuchan las canciones que se producen ahora en el universo del Sertanejo Universitario se identifican con lo que se dice: no quieren compromiso, quieren utilizar a la mujer; no hay sentimiento, el principal atractivo es sexual. Hay una complicidad entre compositor/cantante/fan, incluso en la apariencia y el estilo de vida, lo que hace que las canciones sean aún más cantadas a todo pulmón. Unos años más tarde, la escena de la música Sertaneja empezó a dar un giro importante. En 2011 se dio el primer paso, cuando la cantante Naiara Azevedo grabó el tema “Coitado”, en respuesta al contenido sexista del tema “Sou Foda”, del dúo Carlos y Jader. Pero fue en 2015, más concretamente, cuando las cantantes ganaron protagonismo produciendo el Feminejo. Después de décadas de canciones cantadas mayoritariamente por hombres, con letras que sacaban a relucir a mujeres idealizadas, cosificadas o inferiorizadas, ahora suben al escenario para traer la otra cara de la historia. Si el hombre sufre, ella también puede sufrir. Si la mujer engaña, el hombre hace lo mismo. Si él va al club para “atrapar” a todos, ella hará lo mismo. Antes siempre hubo mujeres en el Sertamejo: las hermanas Galvão, Inezita Barroso, Roberta y Sula Miranda, Paula Fernandes, Cecília del dúo Cecília y Rodolfo, Thaeme del dúo con Thiago, entre otras.
La diferencia está, básicamente, en el empoderamiento que ahora aportan las letras de las canciones: si antes se trataba básicamente sólo del amor de la mujer por el hombre, ahora también puede tener ganas de una relación sin compromiso ni salir a buscar borracha después de una traición, por ejemplo. Y a las mujeres les gustó esta noticia. La representación que se sintió al ver a otras mujeres cantando lo que muestra la realidad del sentir de muchas se reflejó en números. En 2016, la canción “10%”, del dúo Maiara y Maraisa, ocupó el tercer lugar en el ranking de las más escuchadas en la plataforma digital Deezer en Brasil. Ese mismo año, el dúo ocupó el quinto lugar entre los artistas más exitosos de la plataforma; en cuarto lugar quedó la otra representante del Feminejo, Marília Mendonça. Y muchas más canciones tuvieron gran éxito ese año y los siguientes: “Infiel”, “Alô Porteiro”, “Eu Sei de Cor” y “Amante Não Tem Lar”, de Marília Mendonça de Goiás; “Meu Violão e o Nosso Cachorro”, “Quando o Mel é Bom” y “Regime Fechado”, del dúo Simone e Simaria; “50 Reais” y “Ex do Seu Atual”, de la paranense Naiara Azevedo; además de “Medo Bobo”, del dúo Maiara e Maraisa. No se trata, por tanto, de un cambio completo en los temas retratados en las canciones ni de transformaciones en las melodías, con el uso de nuevos instrumentos, por ejemplo. La forma sigue siendo prácticamente la misma: está el sufrimiento del Sertanejo de raíz, de los años 90, que trae sufrimiento en canciones que se volvieron empalagosas, y también hay canciones más agitadas, que coquetean tanto con el Pop como con cantantes de Sertanejo Universitario de los años 2000, e incluso presenta colaboraciones con artistas como la cantante Anitta, en la canción “Loka” de Simone e Simaria, de 2017.
La diferencia radica en quién es retratado y quién interpreta las historias que se presentan al público. Los hombres ya no ocupan el papel principal en las letras, y el sufrimiento o la alegría retratados ya no son de ellos, sino de ellas, de aquellas que pasaron largos años siendo subestimadas en el mundo de la música Sertaneja. Las letras de las canciones de Feminejo permitieron a las mujeres experimentar todos los sentimientos sin culpa ni vergüenza. El tono feminista está presente, exaltando los deseos femeninos que antes estaban tan reprimidos. Los cantantes alientan el castigo a los hombres que engañan, y cantan y denuncian el llanto provocado por la violencia doméstica y el cambio de comportamiento hacia la sociedad. La letra incita a las mujeres a expresar sus sentimientos y deseos, afirmando que pueden beber, quedarse en bares, tener relaciones sexuales sin compromiso, entre otros temas. Hay identificación con lo que se dice y con quién lo dice: otras mujeres. Aunque muchas veces no se autodenominan feministas, las cantantes que aparecen con cuerpos no necesariamente delgados, cabellos no necesariamente lacios y cantando letras que resaltan el género femenino, se convirtieron en representantes del discurso en el que otras mujeres creen. Ya sea hablando en nombre del derecho al propio cuerpo, de la emancipación sentimental, de la igualdad de derechos o de la deconstrucción de estereotipos, entre otras causas, el Feminejo llegó para traer representación en el mundo del campo y ayudar en una lucha que está lejos de terminar. En sus letras luchan contra el machismo, la traición y la violencia doméstica, se muestran empoderadas y dueñas de sí mismas, pero también sufren por amor.

 

 

Fuentes:

 

• Medium.com

• Blog.7mboots.com.br

• Ladiaria.com.uy

 


 



















































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