Café-Concert, Café-Chantant o Caf'conc es un galicismo utilizado para hacer referencia a un establecimiento que es, a la vez, una sala de conciertos y un café. El modelo que se ha conservado, con muy diferentes variedades, puede ser sintetizado como local donde además de una consumición (bebida y comida, a discreción), el público presencia espectáculos musicales, teatrales o mixtos.
El Café-Concert está asociado a la
Belle Époque francesa. La tradición del Café-Concert como un lugar de
presentación de grupos musicales tiene sus orígenes en el París y en el Londres
del siglo XVIII, pero algunos autores aventuran la tesis de que se
popularizaron en el siglo XIX y a principios del siglo XX a través de
diferentes modelos nacionales de Café-Concert. Aunque según
Legrand-Chabrier, el Café-Concert es la “síntesis de
todos los espectáculos que no son teatro”, los locales que pueden ser considerados
como precedente suyo, eran espacios donde, en función del país y el público
asistente, se ofrecían romanzas, cuplés o fragmentos de ópera. Algunos estudiosos
proponen que en su origen se trató de un café al aire libre donde pequeños
grupos de artistas ejecutaban música popular. La música generalmente era
alegre, a veces atrevida o subida de tono, aunque sin entrar en asuntos
polémicos o políticos como en el Cabaret. Muchos autores aceptan la
amplitud semántica que el término Café-Concert abarca la diversidad de
los espectáculos que se reivindican o asocian a él, desde música y canto a
pequeñas obras teatrales, pasando por comedia musical, danza y acrobacia. Todo
ello entra en conflicto con otros términos, etiquetas y tipos de espectáculo
mixto como el Cabaret, el teatro de Music Hall o el Vodevil. En el siglo
XVIII había Cafés Chantants en el Boulevard du Temple de París, donde
también actuaban malabaristas.
Durante la Revolución, la abolición del
monopolio del teatro permitió a partir de 1791 la apertura de muchos teatros,
en particular bajo las arcadas del Palais-Royal. Así, el Café d'Apollon es uno de
los primeros Cafés-Concert. Pero esta libertad no duró mucho ya que, en 1807
bajo el Imperio, la restauración de los teatros de privilegio supuso un freno
al desarrollo salvaje y espontáneo del Caf'-Conc'. Entre 1807 y 1849, sólo
unos pocos establecimientos albergaban regularmente conciertos. Es cierto que
los fabricantes de limonada organizan espectáculos líricos de vez en cuando sin
preocuparse por las regulaciones. Este reglamento normalmente prohibía
cualquier concierto en una taberna sin obtener autorización del Prefecto de
Policía. La revolución de febrero de 1848 devolvió por un tiempo a este ocio su
libertad. Pero el orden de1 7 de noviembre de 1849 renovó las anteriores
medidas de prohibición de dar espectáculo en tabernas sin autorización previa.
Sólo se concedieron 22 autorizaciones entre 1849 y 1859 en París. Fue un
incidente ocurrido en marzo de 1847 en el Café-Concert Les Ambassadeurs donde
los autores se negaron a pagar sus bebidas, creyendo que no debían nada ya que
el dueño del establecimiento utilizaba sus obras sin pagarlas a cambio, de modo
que la Sociedad de Autores, Compositores y Editores de Música nació. Los
primeros años de la década de 1860 vieron la construcción de nuevos
establecimientos: en 1860 el Alcazar d'été, luego el Eldorado,
la Scala,
el l’Horloge,
todos ubicados en los bulevares abiertos por Baron Haussmann.
Los Café-Concert
italianos, alemanes o austríacos de ciudades como Berlín, Múnich, Leipzig y
Viena o del Café-Concert centroeuropeo de Praga y Varsovia adquirieron
especial importancia entre las dos guerras mundiales. Un posible ejemplo,
aunque más afín al concepto de Cabaret político y literario, fue el
Die
Katakombe, 1929-1935, clausurado por orden de Joseph Goebbels, Ministro
de Propaganda del Tercer Reich. Los Café-Concerts también se hicieron
muy populares en Turquía, donde eran llamados Kafeşantan. Muchos
abrieron en el barrio Beyoğlu de Estambul en los primeros años del siglo XX.
Fueron descritos minuciosamente en las memorias de autores como Ahmed Rasim y
Sermet Muhtar Alus. El antecesor del Kafeşantan, el Kahvehane, apareció en la
en época del Imperio otomano, hacia 1554, en forma de club de estatus social. De
forma paralela, en el Imperio ruso los Café-Concerts se conocieron como Kafé-Shantán.
Odesa fue la ciudad más conocida por sus numerosos Kafé-Shantany. En América
Latina un sucedáneo del Café-Concert con etiqueta nacional
conoció su esplendor entre 1960-80. En Río de Janeiro es muy conocido el
restaurante “Garota de Ipanema” (antes denominado “Veloso”), donde Vinicius
de Moraes compuso la canción homónima.
También fueron famosos lugares
como “La Fusa” y “Le Carrousel” en el balneario
uruguayo de Punta del Este. En Buenos Aires, el género floreció en la década de
1970 con el Cafe-Concert “La Fusa”, de Sylvina Muñiz y Coco
Perez, donde se grabarían los famosos discos de Vinicius de Moraes y Toquinho
con Maria
Creuza y Maria Bethânia y con los Café-Concerts del empresario Lino
Patalano (“El Gallo Cojo” y “La Gallina Embarazada”) y otros como
“La
botica del Ángel”, de Eduardo Bergara Leumann, donde una
generación de artistas (Antonio Gasalla, Carlos
Perciavalle, Nacha Guevara, Edda Díaz, Susana
Rinaldi, Enrique Pinti, Marikena Monti, Horacio Molina, Les
Luthiers, etc.) se midió con antiguas glorias del espectáculo (Niní
Marshall, Cipe Lincovsky, Tita Merello o Jorge Luz).En París
algunos clásicos conservados de este tipo de sala de representación y café, son
el “Satellit
Café”, “Le Big Band Café”, o el “Café Montmatre”, todos ellos a la
zaga del desaparecido “Le Chat Noir”. En la actualidad, el Café-Concert
dio paso al llamado Café Musical, un restaurante en el que se presentan
espectáculos musicales. Son frecuentes en las grandes capitales.
Fuentes:
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