miércoles, 7 de junio de 2023

Salsa en Argentina

 


Las opiniones son numerosas y dispares. Puede decirse que Salsa es sólo un nombre comercial, una etiqueta que reúne al ritmo del Caribe, que también se llaman “tropicales”. Acertada fue la frase de “El Rey del MamboDámaso Pérez Prado: “Salsa es una palabra que se le ocurrió a alguien y que no quiere decir nada”. Según lo antes dicho, puede decirse que Argentina desde hace muchos años se hace Salsa, antes de que esta se conociese como tal.

En la década del 50, las grandes orquestas de hasta doce músicos o más, cultivaban varios géneros, entre los que se incluían el Chachachá, Mambo, Son, Rumba, Conga, Guaracha y otros. En las tardes de sábados y domingos los auditorios de las más prestigiosas emisoras de radio, presentaban en sus bailables, a orquestas de la talla de Varela Varelita; Casino, liderada desde la batería por Tito Alberti (padre de Charly); Santa Anita; Armony Club; Rudy Machado; Rogers Santanders; Los Comandantes; etc. En la década del 60, con la llegada de la Nueva Ola y El Club del Clan, las agrupaciones se fueron reduciendo en integrantes o desapareciendo, pero a su vez, surgieron otras que se dedicaron exclusivamente a ritmos caribeños, siendo su principal exponente Carlos Argentino, quien en 1955, se incorporó a la Sonora Matancera. En 1961 volvió a Argentina consagrado como “El Rey de la Pachanga”. También sonaba el cantante Pepe Reyes y su orquesta; La Sonora Camagüey; el Sexteto Fuego Cubano y otros de menos trascendencia. Más tarde aparecieron Los Cinco del Ritmo; La Sonora Kalingó (que impuso el ritmo “Merequetengue”); la Charanga del Caribe; etc. Pero no se puede dejar de lado a los Guayacanes, quinteto cubano, que eran estables en el viejo canal 13, y de Chico Novarro. Mientras que en el Club del Clan un mulato interpretaba temas de lo que hoy llamaríamos Salsa, era Perico Gómez, quien algunos años después fue el responsable de la primera puesta en escena de la afamada Ópera Rock Hairy, también por aquellos años estaba el grupo Sandunga luego devenido en Katunga para hacer música más simple y masiva.
En 1996 comenzaron los viajes turísticos a Cuba y de los visitantes que más personas visitaron la isla, fue argentinos. Muchas argentinas enamoradas empezaron a traer cubanos, que muchas veces se convirtieron en profesores de Salsa como salida laboral. Por otro lado, se habían hecho algunos intentos de fiestas cubanas, pero no fue sino hasta el año 1998 donde se organizó la primer fiesta cubana, en “El Salsón”, al lado de la embajada cubana, con más de 800 personas presentes. La cubanía, la rueda y la Salsa cubana, empezaban a ponerse de moda, pero todavía faltaba el toque mágico. Ya en el siglo XXI, de la mano de los inmigrantes, las “salsotecas” sumaron ritmo a la ciudad de Buenos Aires, con la llegada de cubanos, dominicanos y venezolanos, quienes crearon locales en el centro, Palermo y otros barrios. Las grandes ciudades de EEUU, Europa y Asia tienen al menos un barrio latino y sus “Salsotecas”. Las primeras salsotecas latinas nacieron en Nueva York en la década de los 70, cuando los cubanos, portorriqueños, dominicanos y otros inmigrantes de Latinoamérica popularizaron el género en la ciudad. Con los años, estos sitios fueron abriendo en otras ciudades de EEUU, y décadas después, gracias a la inmigración latina, aparecieron en las grandes urbes de Europa. Hoy ya no son exclusivas de Salsa, también suenan Bachata, Merengue y Reggaetón. En Buenos Aires, se las empezó a ver hace poco más de una década. Hoy hay alrededor de quince opciones. Caracas Bar abrió en 2009, cuando el panorama era antagónico ya que las comunidades de venezolanos y colombianos aún no eran muy importantes en la ciudad. Para esas comunidades hay que saber que la música es mucho más importante que para los argentinos. En esos países, el día comienza con música; la música es el noticiero de la primera mañana; en el trabajo se pone música; los taxis son especie de mini discotecas; y el domingo, en la casa, se escucha música todo el día a todo volumen. Estar lejos de su hogar es algo que no se sana nunca, por eso, las salsotecas, son el lugar donde curan sus heridas por un rato.















































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