Heavies o Metaleros (Metalhead en inglés), es el término usado comúnmente para referirse a las personas pertenecientes a la cultura generadas por la música Metal. Si bien el Heavy Metal tiene su origen a finales de los 60, el movimiento cultural metalero con sus características actuales comenzó a gestarse a finales de los 70 y principios de los 80 con la NWOBHM (Nueva Ola del Heavy Metal Británico), cuando el movimiento Punk todavía dominaba la escena musical underground en Gran Bretaña.
A partir de entonces el Metal
se extendió por todo el mundo y se diversificó tanto musical como
culturalmente. Al metalero también se le conoce como ”Headbanger”, en alusión a
la imagen típica del Metalero con cabello largo que mueve
su cabeza al ritmo de la música. Metalier, Metálico y Heavy-Rocker
suelen ser denominaciones menos usuales. Es importante señalar que el Metal
no es una identidad cultural uniforme, sino que agrupa diversos estilos y
tendencias no siempre acordes entre sí. Las diferencias musicales, e incluso
ideológicos, suelen ser a menudo muy marcadas, lo que genera que aquellos que
se autodenominen metaleros auténticos, discrimen a quienes no se ajusten a su
criterio y los califiquen como “posers”. Los Heavies son de las tribus
más difundidas y, durante muchos años, ha sido el grupo más presente en muchos
países, sobre todo en las grandes ciudades. En general, se trata de la
subcultura más intergeneracional que se conoce. La cuestión musical también
genera desacuerdos importantes. Muchos definen tal o cual sonido como Metal
verdadero y acusan a otros subgéneros de ser falso Metal o producto
elaborado de la industria cultural. En la década de los 80 era frecuente, por
ejemplo, que los Thrashers acusaran a los Glamers de ser posers y a su música
e imagen de ser un producto comercial para las masas. En el Death
Metal y en el Black Metal es común que muchos
defiendan un sonido primitivo y crudo frente al sonido más melódico y refinado
del Metal
extremo más comercial. Los fans del Metal Progresivo, por su parte, le
dan mucha importancia a la técnica instrumental, y muchos de ellos desprecian
el primitivismo y el minimalismo de géneros como el Black Metal.
Quizá como
en ningún otro género musical, los Metaleros se caracterizan por ser
muy exigentes y críticos con el trabajo artístico de las bandas. A mediados de
los 90 comenzó a difundirse el apelativo de Metalero de la vieja
escuela para designar a aquellos que eran fieles a las raíces del Metal
y que estaban en contra de subgéneros más comerciales y prefabricados. Los Metaleros
suelen ser muy estrictos en cuanto a la autenticidad de su cultura, si bien no
hay un acuerdo general sobre qué criterios son los que caracterizan al
verdadero Metalero. Los problemas más comunes a la hora de diferenciar al “auténtico” Metalero
del poser son: el tipo de subgénero que se escucha, la ideología, el
comportamiento social, el atuendo y la pertenencia grupal. En términos
estrictamente musicales, los Metaleros han hecho una distinción
entre lo que consideran “Metal Verdadero” y el “Metal
Falso”. La proliferación de bandas de Metal más comerciales y
la crisis que sufrió el género en los 90 a partir del éxito del Grunge,
motivó un intenso debate interno sobre lo que debería considerarse ”auténtico Metal”
y lo que no. Los Metaleros más duros enarbolaron el sonido de la vieja escuela y
comenzaron a despreciar las mezclas con subgéneros considerados comerciales
como el Rap, el Rock Alternativo o la Música
Electrónica. Fusiones controvertidas como el Deathcore, el Nu
Metal, el Metalcore, el Metal Industrial, el Metal
Alternativo y de vez en cuando el Groove Metal fueron criticados
duramente, arguyendo que se traicionaba el verdadero espíritu del Metal.
Los defensores de estas nuevas corrientes alegaron que anteriormente el Metal
se había fusionado con el Punk o con el Rock Progresivo y que no
había razón para censurar estas incipientes mezclas con otros géneros. Bandas
como Slipknot,
Bring
Me The Horizon, Bullets, For My Valentine, Machine
Head, Lamb of God, Linkin Park, Limp Bizkit o Korn,
entre otras, son consideradas “falso Metal” o posers por los Metaleros
más duros, mientras que los más eclécticos piensan que no hay razón para
etiquetarlas de esa manera. La filosofía de los Metaleros es considerada
una visión radical de los Hippies. Los Metaleros dicen seguir en gran parte
la filosofía de carpe diem, sin preocuparse del futuro, muchas veces bordeando
la irresponsabilidad, así como del “vive y deja vivir”, propio del ideal
Hippie. Muchos de ellos, como estereotipo cultural, aparentan ser o se suelen
definir como “políticamente indiferentes”, aunque por su habitual actitud o
crítica hacia la política convencional, oficial o institucionalizada, con una
fuerte afinidad, sin embargo, hacia ideologías fundamentalmente progresistas o
de izquierda, en diferentes grados en función de su nivel de politización y
conciencia social. Por lo general, practican la abstinencia electoral, aunque
abogan por la legalización de la marihuana. Puede decirse que los Metaleros
son ateos, o al menos no son practicantes de religiones. Normalmente, el Heavy
es antifascista, a no ser que sean seguidores del NSBM (Natioanl
Socialist Black Metal) que propugna el nacionalsocialismo. Normalmente
son pacíficos y tienden a evitar contiendas o peleas. Suelen ser
antimilitaristas y anti autoridad, sobre todo como resistencia e insumisión. Se
trata más que de un horizonte ideal y estético que de una práctica cotidiana.
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