Existen diferentes teorías sobre el origen de la Cueca. Una de ellas refiere que esta danza nació en África, derivada del Landú, danza angoleña, y que posteriormente en América pasó llamarse como Zama, en referencia a una batalla desarrollada en aquel continente.
Más adelante, este ritmo se fusiónó
con la Jota Aragonesa y la Petenera Española y pasó a
denominarse Cueca, que deriva de “clueca”, en referencia a los movimientos
de una gallina que es correteada por el gallo, o en el caso de las relaciones
de pareja, de una mujer acosada por el hombre. Es así que de esta mezcla brota
la Zamacueca.
En realidad, clueca es la gallina que está empollando y no acepta la pisada del
gallo; por tanto, no es muy aceptable esta suposición. Pero otra teoría afirma
que la Zamacueca (como era conocida en el Perú) proviene de una de las
regiones del antiguo Tawantinsuyo, por lo que no es raro que la palabra
provenga del quechua “Samaykuy, que significa, echar aliento de la boca a la
cara de otra persona”. Cuentan también que la Cueca en sus inicios
causó entusiasmo, emoción y sorpresa; la plasticidad de los movimientos
ejecutados por el hombre y la mujer, eran motivo de espectáculo y alegría, por
lo que los criollos y españoles se mofaban llamándola “baile de la rueca”, en
alusión al platillo de hilar, que gira en torno a su eje, luego por deformación
idiomática se transformaría en Cueca. Esta última palabra se
popularizó junto al baile de corte nativo, así se tornó en novedad y a la vez
en sensación. Ganó adeptos, ejecutantes y compositores. Antes y durante la
contienda del Chaco, los soldados paceños, potosinos, orureños y chuquisaqueños
se asentaron en la ciudad de Tarija. A partir de entonces se comenzó a escuchar
y bailar la Cueca Chuquisaqueña y Cueca Potosina en varios
estratos sociales. La Zamacueca, después de no tener un
espacio propio de protagonismo en el continente, llegó a Chile alrededor de
1825, donde tomó fuerza. En este país,
pasó a llamarse simplemente Cueca, pero más adelante se le
añadió el gentilicio “chilena”. La importancia de esta danza en dicho país se
plasmó cuando fue declarada como “Danza Nacional de Chile” allá por
1979. Debido a la proximidad con Perú, la Cueca chilena llegó a tales
fronteras, pero tomó especial realce en localidades como Puno o Cuzco. Después
de la Guerra del Pacífico, las enemistades entre ambos países fueron latentes,
lo cual se plasmó en el siguiente hecho: los peruanos cambiaron Cueca
chilena por Marinera, en honor al coraje de la Marina Peruana en este
acontecimiento bélico. Este nombre aún se conserva.
Por otro lado, por las
mismas razones de cercanía, esta danza, que llegó hasta Argentina y se quedó
con el nombre de Zamba en vez de Zamacueca, arribó a territorio
boliviano y fue en principio bailada por la clase alta, pero con la llegada del
Vals
quedó relegada a las clases populares. La danza Cueca Tarijeña, también
conocida como Cueca Chapaca, es un baile típico del departamento de Tarija.
En esta Cueca se distingue entre las demás por ser alegre y algo más
rápida, además de ser, en cuanto a música, la primera en utilizar el violín,
dándole así, un sonido peculiar y único. La danza (de pareja suelta) consiste
en un asedio amoroso mutuo en el que cada uno de los danzantes lleva en la mano
derecha y en alto, un pañuelo blanco, el mismo que con una serie de movimientos
en el aire, constituye la dinámica de conquista amorosa. La Cueca Tarijeña, consta
de cinco partes: Introducción, cuerpo, quimba, jaleo y descanso. • La
introducción: Es la parte inicial del baile de la Cueca Tarijeña, donde el
varón puede presentarse con gesticulaciones corporales, sea de pie, inclinando
el cuerpo o asentando una rodilla en el suelo, con el pañuelo en alto, medio o
bajo, incluso en giro a su propio cuerpo. También se puede iniciar con el
pañuelo al cuello, al hombro, cintura o bolsillos mientras se aplaude azuzando
a la dama, entretanto esta recibe la invitación con donaire, coqueteo y leves
movimientos corporales. • El cuerpo de la cueca: Está
constituido por las vueltas enteras o las medias vueltas, que consisten en el
recorrido de la pareja por el escenario o pista de baile. Mientras ocurre el
desplazamiento de la pareja, se ejecutan movimientos con los pies, cuerpo y
brazos, el pañuelo por lo regular va en la mano derecha de ambos, y puede ser
batido al aire, alrededor del propio cuerpo o ser llevado a la parte posterior.
Éste es el momento del coqueteo, se busca conquistar a la pareja de manera
juguetona y alegre. La gracia y donaire de la moza es fundamental, aún en el
desaire o la indiferencia.
• La quimba: En esta fase de la Cueca
Tarijeña, por lo general es el hombre el que toma la iniciativa de
galanteo, aunque el afán de conquista puede ser convenido entre ambos. En la quimba,
en ningún momento hay contacto corporal, el hombre puede pasar el pañuelo
alrededor del cuello de su dama o aprisionarla con el pañuelo sostenido por
ambas manos, mientras se miran sonrientes, ambos sincronizan sus pasos en la
brevedad del contoneo de hombros y caderas de manera graciosa y agradable. • El
jaleo: Al concluir la quimba, se produce la exclamación “¡ahora!”,
seguida por el jaleo o palmoteo del público, mientras la música acentúa sus
acordes. Es el clímax del baile, expresión de alegría y diversión. La pareja
zapatea y hace movimientos corporales de júbilo, mientras el público los
aplaude al ritmo de la música; luego de dos vueltas termina la primera parte de
la Cueca,
aquí se produce el descanso. • El descanso musical: Se expresa
con el “estribillo o Aro aro”, constituido por cuatro versos, por lo general
jocoso. La segunda parte de la Cueca es similar a la primera.
Existe también el “aro aro” después de la segunda quimba y antes del jaleo
final, éste consiste en detener el baile, realizar un brindis entre la o las
parejas, quienes entrelazan mutuamente el brazo derecho portando una tutuma de
chicha o un vaso de bebida. La Cueca en Tarija, se ha
diversificado, en parte, por las diferentes características de cada sociedad,
tanto del valle como de la zona geográfica andina. La Cueca Tarijeña es muy
diferente a la que interpretan en Departamentos como La Paz, Chuquisaca o
Cochabamba, caracterizadas por una “tranquilidad” en sus melodías, mientras que
la versión regional es conocida por ser más alegre, y tildada de “juguetona y
picaresca” por los músicos. Cabe destacar que las Cuecas bolivianas en su
totalidad mantienen un compás musical de 6/8. Pasa lo mismo con la tarijeña,
pero ésta, entre otras diferencias, se caracteriza también por el uso de
ciertos instrumentos como: bombo, violín y guitarra; en contraposición a los
charangos, quenas y zampoñas de las cuecas andinas. En Bolivia, la Cueca
a su vez tiene diversas características especialmente en la coreografía y en
las indumentarias, no así en el ritual dancístico y en la forma musical, estas
dos últimas tienen la misma forma en todas las Cuecas Bolivianas (Cueca
Cochabambina, Cueca Paceña, Cueca Chuquisaqueña, Cueca
Orureña, Cueca Potosina, Cueca Tarijeña, Cueca Chaqueña y Cueca
Oriental Boliviana). El vestuario, según el tipo de Cueca
representada; es decir, la mujer viste de Chola chuquisaqueña o potosina usando
una pollera relativamente larga y botas, mientras que en Cochabamba y Tarija
las polleras son más cortas y la chaqueña utiliza una falda larga floreada. Por
último, cabe destacar la importancia de Pío “Senaca” Martínez, considerado
por los historiadores como el “Padre de la Cueca Tarijeña”, además
de personajes locales como: Nilo Soruco, Pastor Achá, Eduardo
Farfán, Circar Gálvez, Hugo Monzón, Elías Dipp y los hermanos
Mealla,
quienes la impulsaron y siguen haciendo mediante sus letras y composiciones
musicales.
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