lunes, 2 de enero de 2023

Hakafot (Israel)

 


Toda discreción desaparece en el baile exuberante de Simjat Torá. Cada judío percibe que tiene un deseo natural de tomar un rollo de la Torá en sus brazos y vitorear con él. En este momento emergen recursos ocultos de alegría, energías que no sabían que poseían.

Por supuesto, la fuente de tal felicidad, el centro de atención, es la Torá. Aunque la Torá generalmente se asocia con el estudio disciplinado, en Simjat Torá se la aborda de manera diferente, cantando y bailando de una manera que no tiene relación aparente con su comprensión. La razón de estas innovaciones en Simjat Torá es que el intelecto no es el único medio por el cual una persona puede conectarse con la Torá. El clímax alegre de Simjat Torá es el baile de Hakafot (literalmente, “círculos”), durante el cual bailan y cantan con los rollos de la Torá. En palabras de un maestro jasídico, “En Simjat Torá los rollos de la Torá desean bailar, por lo que nos convertimos en sus pies”. Las Hakafot son un acontecimiento memorable, sin duda, uno de los puntos culminantes en el calendario judío. Los maestros jasídicos explican que los rollos de la Torá se mantienen cerrados y envueltos en sus cubiertas de terciopelo durante la celebración de las Hakafot. No se celebra sentándose y estudiando las santas palabras de la Torá. Simjat Torá debiera ser un día de estudio. Sin embargo, su esencia no reside en el estudio, ni siquiera en la lectura de la Torá, sino en bailar con ella. Los sabios explicaron que estudiar podría marcar las diferencias intelectuales que existen entre un judío y otro. En cambio, al bailar, el más grande de los eruditos con el individuo más simple, todos se ponen en pie de igualdad, comparten la misma vivencia, idéntica pertenencia. Esto se debe a que la celebración comprende a cualquier judío, sin importar su nivel de sabiduría de Torá o la capacidad de comprender e interpretar las palabras de la misma. En este nivel, no existe diferencia alguna entre un judío y otro.
La similitud básica que los une a todos los hace unir sus manos y bailar juntos, ajenos a las diferencias personales que de otro modo podrían crear barreras entre los individuos. El rabino Yosef Yitzjak Schneerson, quien fue el sexto Rebe de Lubavitch, solía decir que en Simjat Torá la Torá misma quiere bailar; sin embargo, dado que un rollo de la Torá no tiene pies, los judíos deben funcionar como sus pies y llevarlo alrededor del estrado en la sinagoga. Los pies no tienen voluntad independiente; están totalmente subordinados a la cabeza que los controla, obedeciendo sus deseos sin cuestionarla. La Torá es la herencia de cada judío -el niño de un día está esencialmente conectado a la Torá como el sabio venerable- y cada judío tiene el mismo derecho a celebrar en este día especial. Hakafot se celebra en la víspera de Simjat Torá, y nuevamente a la mañana siguiente. En las comunidades jasídicas el Hakafot, también se lleva a cabo en la víspera de Sheminí Atzeret. Las Hakafot de la noche siguen a la Amidá de las oraciones de la noche festiva, las Hakafot de la mañana preceden inmediatamente a la lectura de la Parashá (final de la Torá). Antes de que empiece el baile, un conjunto de diecisiete versículos, llamada Ata Haraita, se canta tres veces. Tradicionalmente, los miembros de la comunidad son honrados con la conducción de la congregación en la recitación de estos versículos, en las sinagogas, donde hay muchos más feligreses que versículos, es una práctica común “rematar” los honores, cuya recaudación se destina para caridad. Después de Ata Haraita, es costumbre de Jabad, establecida por el Rebe, cantar el siguiente versículo (Génesis 28:14): “Y tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te fortalecerás hacia el oeste y hacia el este y hacia el norte y hacia el sur, y por tu intermedio serán benditas todas las familias de la tierra y a través de tu simiente”. Todos los rollos de la Torá se sacan del Arca. Según el Zohar, las coronas de la Torás no se deben quitar, sino que deben permanecer en los rollos durante el baile. Los miembros de la congregación son honrados con cargar los rollos (el rollo de la Torá siempre debe mantenerse sobre el hombro derecho), y el líder conduce la procesión alrededor de la bimá (mesa de lectura de la sinagoga), mientras recita oraciones breves suplicando a Dios para el éxito y liberación, y la congregación responde del mismo modo. Esto es seguido por el canto y el baile, con los rollos de la Torá pasando de persona a persona, permitiendo a todos la oportunidad de ser los “pies de la Torá”. Los niños también participan en el jolgorio, tradicionalmente bailan con banderas especiales de Simjat Torá, y a menudo echan una mirada a vuelo de pájaro de la danza mientras se sientan sobre los hombros de sus padres mientras baila. En el espíritu de alegría, no es raro encontrar a algunos adultos disfrutando de un lejaim o dos antes y durante las Hakafot. Este proceso se repite siete veces, siete Hakafot. ¿Por qué el número siete? En la literatura mística aparece este número aludiendo al tiempo y al ciclo natural: siete días de la semana, siete días de la Creación, siete son las notas en la escala musical, y siete son las direcciones (arriba, abajo, derecha, izquierda, adelante, atrás y al centro). El número ocho simboliza todo aquello que trasciende el tiempo y los límites de la naturaleza.
La Torá trasciende permanentemente la naturaleza y está más allá del tiempo, pues, según la tradición, existía antes de la Creación. Por lo tanto, corresponde que el pueblo de Israel, cuya existencia trasciende el tiempo, se regocije con la Torá, que está más allá del tiempo. Las siete Hakafot recuerdan también que sus antepasados ingresaron a Israel, bajo el liderazgo de Iehoshúa, y dando siete vueltas alrededor de Jericó provocaron la caída de sus muros. Un midrash dice que, a pesar de tener voluntad de estudiar Torá, a veces hay cosas que se nos interponen como una muralla (la ira, el deseo, celos) y no nos permiten apartar las dificultades del camino; está en nosotros derribar esta “muralla”. Algunos opinan que en cada vuelta se desea identificar con algún antepasado: Abraham, Itzjak, Iaakov, Moshé, Aarón, Iosef y David, en ese orden, vuelta por vuelta. Después de cada Hakafah (término singular para Hakafot), el Gabai (bedel) de la sinagoga anuncia: “Ad kan hakafa...” (“Hemos llegado a la conclusión de la Hakafa número x”), los rollos de la Torá son devueltos al arca, y se inicia las Hakafa siguiente (por lo general con un conjunto diferente de personas que tienen la Torá, y un líder diferente). El procedimiento para las Hakafot en Simjat Torá por la mañana es ligeramente diferente. Según la costumbre de Jabad, tres circuitos y medio se hacen alrededor de la bimá, recitando las plegarias para cada Hakafah en el curso de la mitad de un circuito. Las siete Hakafot se llevan a cabo en sucesión sin interrupción (el Gabai no anuncia “ad kan...”), y luego son seguidas por un período prolongado de canto y baile con la Torá.



















































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