La tribu Pelolais es un movimiento femenino surgido en Chile con un estereotipo de belleza que se asemeja mucho a estas características: rubias, delgadas, altas, con una larga melena lacia que cuidan como su bien más preciado.
Algunos sectores acusan a las Pelolais de discriminadoras, vanidosas, egocéntricas y de ser excesivamente narcisistas. Parte de razón tienen, este grupo rechaza a las chicas que no se adapten al canon de belleza que caracteriza al grupo haciendo una “discriminación genética”, sin dar importancia a las personas ni sus ideologías, el aspecto físico es el estandarte de esta tribu urbana. Viven en un mundo de fantasía en donde todo gira en torno a la ropa, que podrían comprar, a sus peinados, la música, el baile y, en general, a su estilo y cómo deben vivirlo. Las reglas para pertenecer a este grupo son: tener el pelo lacio (natural); ser rubia de ojos azules (natural); nunca deben cambiarse el lugar natural del pelo; deben haber viajado en avión a todas partes del mundo (excepto Sudamérica); deben saber hablar dos o más idiomas; no deben usar colonia sino perfume; deben tener un bronceado perfecto; deben estudiar en colegios privados, costosos y prestigiosos; deben ser de ascendencia inglesa, alamana, italiana, castellanos, vascos de rancia alcurnia, etc.; deben tener uno o más apellidos extranjeros, aunque es común que el primer apellido sea de origen árabe, judío o español, acompañado de un segundo apellido neerlandés, alemán, italiano, inglés o francés (en donde la madre suele ser de pelo rubio, ojos claros y tez muy blanca, y el padre de tez blanca pero algo más oscura y con pelo castaño o negro). En música no tienen un estilo definido, pero en general escuchan lo que está de moda, de preferencia música en inglés. No escuchan música popular o chabacana. Acostumbran pasar sus vacaciones en Cachagua. Van a misa ya que son católicas practicantes. No suelen salir de sus barrios excepto para obras de caridad o para hacer compras. Existe una variación de esta tribu que son las Ondulais, parecidas a las Pelolais sólo que su pelo es ondulado. Para entender mejor el significado y el compromiso de ser una de las elegidas, según un comentario extraído de “Mundo Pelolais”: “O sea… nosotras somos delgadas, no obesas, lindas y naturales, y no cualquiera puede ser de las nuestras, hay que tener bastante dinero”. Otra colega de tribu sentencia: “Pelolais se NACE y no se HACE”. Sabiendo todo esto, lamento comunicarte que si tuviste la mala suerte de nacer morocha (algunas castañas claras pueden ser aceptadas bajo ciertas condiciones), con el pelo enrulado y no estás dispuesta a someterte a una estricta dieta para sacudir esos kilitos de más, lo tuyo no es ser Pelolais. Es decir, podrás vestirte, peinarte y parecerte a una Pelolais, pero tenés que entender que “las clases inferiores” (como explica esta tribu) no serán reconocidas como tal dentro de su grupo. Para finalizar, y si todavía querés ser una “pelo liso”, no puedo evitar contarte que la aceptación exclusiva de los rubios, altos y guapos, trae malos recuerdos históricos.
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