A partir de la década de 1950, el escenario cultural brasileño paso a
vivenciar tiempos de impresionante efervescencia. En virtud de la
popularización de los medios de comunicación y del contacto con manifestaciones
de otros países, la juventud brasileña experimentaba nuevas formas de expresión
que los insertaron como agentes activos de su cultura.
En el campo de la
música, el Rock’n’Roll, caló en el gusto de muchos jóvenes que se
identificaron con las canciones y letras de Chuck Berry, Elvis
Presley, The Rolling Stones y The Beatles. Este nuevo sonido
motivó a varios jóvenes a reproducir este nuevo género con letras ambientadas
en entornos urbanos brasileños. Nuevos cantantes y bandas aparecieron en la
escena musical de la época, como los reyes del “Iê-Iê-Iê”, sacudidos por
el sonido de las guitarras eléctricas y el ritmo dictado por la batería. El
estilo se conoció popularmente como “Iê-Iê-Iê”, un estilo como el Yé-Yé
francés, se basó muy probablemente en los “yes” que frecuentemente gritaban en
las canciones del período (por ejemplo, The Beatles con ”She
Loves You. Yeah, Yeah, Yeah”). En ese mismo período, la televisión se
convirtió en el gran espacio para la popularización de artistas como Roberto
Carlos, Wanderléa, Erasmo Carlos, Sérgio Reis, Os
Vips, Golden Boys, Ronnie Von, Jerry Adriani, entre
otros. La aparición de los artistas terminó instituyendo el movimiento de la ”Jovem
Guarda”, un nombre tomado originalmente de un programa televisivo de
1965. Uno de los factores que permitió el surgimiento de esos nuevos grupos y
cantantes en la televisión, fue el espacio dejado por los clubes de fútbol, que
habían prohibido la transmisión televisiva de sus partidos. Los músicos de la Jovem
Guarda fueron influenciados por el Rock’n’Roll norteamericano de
finales de los 50 y la Invasión Británica de los 60, aunque
su música era a menudo más suave, con versiones más naïves y letras románticas
dirigidas a los adolescentes, por lo que fue considerado un género menos
comparado con la Bossa Nova más sofisticada y la MPB del momento.
El estilo de
las canciones de la Jovem Guarda era romántico y despreocupado de la dictadura
imperante en Brasil. En sus letras, los escenarios amorosos y las pasiones
adolescentes eran recurrentes en el canto de estos nuevos artistas. Las
situaciones cotidianas representadas por estas canciones generalmente estaban
dotadas de una atmósfera relajada y situaciones de naturaleza graciosa: la
euforia de un beso robado, el viaje en automóvil por la ciudad o asistir al
cine, se convirtieron en el telón de fondo de situaciones ficticias que
llenaron el imaginario de los fanáticos de estos jóvenes ídolos. A pesar de la
fama lograda, la Jovem Guarda fue criticada por aquellos que creían que la
inserción del Rock y el uso de temas románticos, como una falta total de
compromiso con los problemas del país. La Jovem Guarda fue vista con simpatía
por el régimen militar, pero Roberto y Erasmo Carlos tuvieron
que recurrir a metáforas para no ver sus trabajos censurados. Hacia finales de
1967 la audiencia comenzó a decaer, probablemente por la sobrexposición de los
artistas, quienes aparecían en todos los programas para ganar más dinero. La Jovem Guarda fue la principal
responsable de la introducción de la guitarra eléctrica y el órgano Hammond en
grabaciones de Roberto Carlos, Erasmo Carlos, Wanderléa y la mayoría de
los artistas del género. Hacia principios de los 70, tanto Erasmo Carlos como Roberto
Carlos, mostraron una evolución y un lado más maduro en su trabajo,
incluso más adelante cantantes de MPB, como Nara Leão, Maria
Bethânia, Gal Costa o Elis Regina, añadieron su material a
su repertorio. La mayoría de los integrantes de la Jovem Guarda se
aventuraron en otros campos de la música. Por ejemplo, Roberto Carlos en las siguientes
décadas se convirtió en uno de los más grandes representantes de la música
romántica en Brasil. Se puede decir que la Jovem Guarda generó tres herederos
directos: el Tropicalismo, el Sertanejo y el Rock Nacional Brasileño.
El Tropicalismo
mezclaba instrumentos eléctricos con acústicos brasileños. Por su parte, la
música Country Sertaneja siguió el rastro del romanticismo destilado
en las letras de la Jovem Guarda.
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