lunes, 2 de noviembre de 2020

Carnaval de Negros y Blancos (Colombia)

 

Surgido de tradiciones nativas andinas prehispánicas, el Carnaval de Negros y Blancos es un gran acontecimiento que tiene lugar todos los años desde el 28 de diciembre hasta el 6 de enero, en San Juan de Pasto, departamento de Nariño, al sudoeste de Colombia. 

El evento, que atrae un gran número de turistas provenientes de todos los rincones del país y del extranjero, fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2002. La ciudad de Pasto se ha conocido históricamente como el punto de encuentro y cruce de caminos de diferentes pueblos y colonias. Considerado como la manifestación cultural más significativa, el Carnaval de Negros y Blancos se convierte en una experiencia cultural única. Es por esta razón que las celebraciones del carnaval, constituyen una muestra cultural autóctona que expresa una fusión perfecta de rituales indígenas, expresiones culturales de los españoles y la cultura africana. Los orígenes del carnaval se remontan a los tiempos antiguos y celebraciones de las culturas indígenas autóctonas agrarias a su Dios de la Luna, al cual pedían amparo en los cultivos. Con el transcurso del tiempo, a estas expresiones culturales campesinas se sumaron algunos elementos de festividades españolas y, más tarde, las africanas. Poco a poco se fueron agregando algunos elementos como el cosmético, el talco, la música y las carrozas con gigantescas esculturas construidas por los artesanos. El Precarnaval empieza el 28 de diciembre, con el día del agua. En ese día, la gente de todas las ciudades sale a las calles a mojarse. Todo es válido: carros de gente con canecas de agua (recipientes grandes, generalmente metálicos), bombas llenas de agua, mangueras y hasta hidrantes ayudan a que sea un día especial en donde el único fin es mojarse. El Precarnaval sigue el 30 de diciembre, con la famosa Serenata a Pasto, durante la cual se pueden escuchar a los mejores tríos de cuerdas de la región andina. El 2 de enero, con el Desfile de Colonias, grupos de visitantes llegan para ofrendar a Nuestra Señora Virgen de las Mercedes y, con la bendición del sacerdote, se da inicio a las festividades. Posteriormente inicia el desfile donde se muestran las tradiciones, mitos, leyendas, gastronomía, música y valores culturales propios de cada región.

El 3 de enero es el Carnavalito o Canto a la Tierra, en el que participan miles de niños de la región, de entre 6 y 14 años, mostrando su creatividad con un desfile de carrozas en escala infantil, concebidas y elaboradas por ellos mismos. El 4 de enero se ha establecido como la antesala del Carnaval. A través del tiempo, y desde 1928, este día se conoce como el Desfile de la Familia Castañeda, de quienes se afirma que regresaban de una fallida colonización desde Putumayo. El recorrido se hace a pie y en carretas, cargando utensilios tales como baúles, canastos, petacas, sillas, cafeteras y múltiples animales de granja, en una singular composición que dio origen al desfile que hoy los recuerda. El 5 de enero es el Día de los Negros, y en él se da inicio al clímax del Carnaval. La celebración rememora el año en que las comunidades negras solicitaron al rey de España, un día de asueto, descanso y libertad, el cual se les otorgó el 5 de enero de 1607 para realizar su fiesta. Se dice que hacia 1854 ya se jugaba un Día de Negros en conmemoración a ese hecho. Ese día se usaba para tiznar las caras de cuantas personas se encontraban al paso, cantando y bailando al son de la música autóctona de orquestas improvisadas. Al otro día es el turno para los blancos en el Desfile Magno. En contraste con el día anterior, los patusos se pintan de blanco, generalmente con talco industrial y perfumado o pinturas cosméticas. La atracción principal, además de las verbenas populares en las plazas y calles de la ciudad, es el llamado Desfile de Carrozas, el gran desfile que cubre un recorrido de unos 7 kilómetros por las calles del centro de la ciudad. La gran mayoría de ciudadanos, más los miles de turistas, se vuelcan a las calles para presenciar este Desfile Magno, arrojando confeti o serpentinas y danzando a ritmo de canciones tradicionales y típicas como “La Guaneña”, ”El Trompo Sarandengue”, el “Son Sureño”, “El Chambú”, y otros ritmos como Sayas y composiciones andinas inéditas. El 7 de enero es el Festival del Cuy y la Cultura Campesina, una actividad con la que se cierra el Carnaval, donde los productores se vinculan para comercializar sus productos.













































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