Tangarana (Perú)

 

Para conocer un poco sobre la Tangarana debemos saber primero qué es. La Tangarana es un árbol limpio blanco, que en mayo se cubre de ramilletes rojizos. Dentro de su corteza, intrincados canales, dan asilo a un tipo de hormiga que sólo vive en ese árbol y que deben su nombre al mismo: las temibles hormigas tangaranas. 

Estas hormigas, de un rojo muy vivo, cuya picadura causa escozor y en algunos casos fiebre, son muy hurañas y tienden a atacar a cualquier criatura que se acerque a su árbol. Los granjeros, viajeros y curiosos, tienen siempre problemas con estas hormigas, pues el solo contacto con una, sea por error o a sabiendas, provoca que salgan al momento infinidad de ellas dispuestas a atacar lo que consideran enemigos. En algunos lugares, el árbol recibe el nombre de palo santo o árbol de las hormigas. Se cuenta que las mujeres infieles eran desnudadas y atadas al árbol tangarana en donde las hormigas las picaban hasta ocasionarles la muerte. Al respecto existen historias a lo largo de la selva peruana provenientes de las épocas en que se buscaba caucho. Una de las más difundidas y convertida casi en leyenda, habla acerca de un empresario adinerado, quien encontró en flagrante infidelidad a su esposa con uno de los trabajadores mulatos. En un momento de rabia infinita y con la más maligna perversidad, con la ayuda del capataz, dejaron incapacitado al trabajador y lo amarraron al árbol tangarana. Inmediatamente las hormigas salieron por montones y cubrieron el cuerpo del mulato. Por horas agonizó entre gemidos y gritos hasta que murió, todo esto visto por el esposo engañado y su infiel mujer. Luego la esposa también fue amarrada al costado de lo que quedaba del cuerpo de su amante y ni sus gritos pidiendo perdón ni sus lamentos, aplacaron la furia de su marido. En un momento, su cuerpo también fue cubierto por las hormigas y, en menos tiempo que su amante, poco a poco el silencio volvió a reinar en la selva.

La danza Tangarana describe un relato que sucedió en la vida real, de un colono llamado Mario Salcedo, quien compró unas hectáreas de terreno para sembrar árboles frutales. Para ello tenía que tumbar árboles y rozar toda la chacra, así que contrató la mano de obra de varios peones. Los hombres, con machetes en mano, empezaron a tumbar los árboles, amontonándolos para que se sequen y luego prenderlos fuego. Pasado un tiempo, el dueño decidió revisar el trabajo de sus contratados. Todo iba bien hasta que se dio cuenta que había un árbol que no habían tumbado. Al preguntarles sobre eso, ellos respondieron que el árbol era sagrado y que no debían arrancarlo, que lo dejara ahí ya que no afectaría mucho la producción de la chacra. El colono enojado tomó un hacha y con furia empezó a darle al árbol. Los peones corrieron a un lugar seguro observando de lejos. De pronto se oyó gritar al colono, corriendo por el campo lleno de dolor. Las mujeres que atendían a sus maridos, corrieron para ayudarlo, sacando las hormigas de su cuerpo, lo llevaron a su casa aún gritando y le dieron de beber té de yerbas amargas. La danza Tangarana se realiza en grupos, lo que convierte a este cuento en una práctica social en la cual los habitantes de la comunidad rendían ceremonia a las cosechas. Los primeros en danzar son los hombres, quienes simulan en el escenario y se encuentran labrando la tierra. Posteriormente entran las mujeres llevando en sus manos envases con los alimentos. En cuanto a la vestimenta de la danza Tangarana vale decir que los participantes usan ropa de trabajo. Los campesinos se visten con pantalones arremangado para facilitar sus movimientos a la hora de labrar la tierra o recoger los frutos. Además, utilizan camisas de manga larga de colores claros, sombreros y collares de semillas. Como accesorio principal para la danza, llevan un hacha o un machete. En el caso de las mujeres, la vestimenta se compone de falda corta multicolor, blusa que es generalmente blanca, y pañuelo en la cintura. La Tangarana se baila principalmente en la fiesta patronal de Tingo María, que empieza el 12 y termina el 15 de octubre, así como en otras ocasiones recreativas.