La fiesta tradicional de la Burriquita venezolana tuvo sus
orígenes con los moros, quienes invadieron España llevando consigo una serie de
tradiciones que se transformaron con el tiempo. La Burriquita se originó a
partir de dos manifestaciones culturales, como el baile de los Caballets,
o baile de los Caballitos, y el baile de las Vaquillas, teniendo gran
influencia en lugares como Cataluña, Toledo, Zaragoza, entre otras. Esto era
utilizado en las grandes celebraciones del carnaval español como una forma de
diversión e inversión de roles, siendo ejecutado solamente por los hombres de
las diferentes comarcas.
Esos bailadores se colocaban trenzas y un gran
sombrero adornado, así como maquillaje excesivo, representado de forma pantomímica
los movimientos estilizados del personaje real. En Venezuela, según algunas
investigaciones, esta manifestación llegó con los conquistadores, quienes de
alguna manera quisieron recrear realidades existentes en su país de origen,
como sus costumbres, celebraciones religiosas y de diversión, como el carnaval.
Es así como a partir del sincretismo cultural generalizado entre los
aborígenes, los africanos esclavizados y los europeos, se comenzaron a realizar
las primeras representaciones de esta diversión carnavalesca en el oriente
venezolano, exactamente en la isla de Cubagua, primer asentamiento español en
Venezuela. Más tarde, con el sistema de misiones y encomiendas, llegó a todo el
país. Con el tiempo, esta manifestación cayo cayó en desuso por parte de los
españoles. Es así como esta fiesta se quedó para siempre en las entrañas de
aquellos que estuvieron oprimidos en ese entonces, sufriendo algunas
transformaciones y agregándole diversos elementos propios de cada cultura. A
esta antigua diversión callejera de origen sarcástico y humorístico, se
incorporó la maraca indígena e instrumentos de percusión para darle mayor
sonoridad al baile, conservando sus características pantomímicas iniciales.
La Burriquita es una fiesta típica del carnaval y Navidad en
Venezuela. En la representación, una persona se disfraza imitando a una
burriquita, siendo el personaje principal quien realiza el papel del
cuadrúpedo, baila, corcovea, rebuzna y ejecuta todas las acciones del animal al
que representa. Permanece dentro de un armazón que tiene forma de burro,
construido con madera, cartón, alambre y tela de varios colores. El jinete se
viste de mujer, colocándose una falda ancha de alegres colores, una blusa
generalmente blanca y un sombrero grande. Cuando el baile comienza, este
personaje baila al compás de la música, hace diversas piruetas e imita los
sonidos del animal. Luego se dedica a pasear por las calles recorriendo las
casas de los lugareños, propiciando momentos de jolgorio a cambio de una capa
de aguardiente. El sonido de las maracas, el violín, el cuatro y los tambores
anuncian su llegada a las calles. Es importante resaltar que esta manifestación
lleva muchos años de vida en contacto con las costumbres y maneras de ese país,
lo que hizo de ella una expresión de identidad de la venezolanidad. Así, la Borriquita
en su conjunto, responde a los más genuinos impulsos anímicos del pueblo. Se ve
bailar a la Burriquita en carnaval y en Navidad en algunos lugares de
oriente y occidente venezolano. Existen lugares como Pregonero (Táchira), en
donde esta diversión ha perdido la música acompañante y queda solamente la
costumbre de sacar la Burriquita para divertir a chicos y
grandes con sus cabriolas efectuadas en las calles del pueblo. En la región
oriental del país, esta celebración tiene una graciosa música y letra. Hay dos
tipos de música para la Burriquita. Una es con un ritmo de
guasa o merengue y melodías diversas, golpes con los que se bailaba antes en
Caracas y regiones vecinas; además hay un golpe que lleva por nombre “La
Burra”, con letra alusiva al animal. En encuentro de Burriquitas
es una reunión a la que asisten diferentes cultores que difunden esta tradición
venezolana. No se trata de una competencia ya que cada pueblo tiene una forma
de bailar y acompañar musicalmente a esta tradición.
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