El Bunde es una danza y género musical autóctono de Colombia y
Panamá, muy extendido entre las comunidades del Océano Pacífico hasta Ecuador.
Existen variadas opiniones sobre los orígenes de este género. Algunos
investigadores sostienen que su origen es americano, derivado del ritual del
“guando”, que es el nombre dado a los ritos fúnebres en las etnias
precolombinas y posteriores a la invasión española. El Bunde es denominado
“canto llamador” y pudiera provenir del “wunde”, cantos tradicionales africanos
de Sierra Leona. Otras teorías afirman que los cimarrones la aprendieron de los
nativos americanos, cuando siendo esclavos en la época colonial, escapaban y se
refugiaban en regiones apartadas y eran recibidos con hospitalidad por los
aborígenes. En Colombia el Bunde es cantado principalmente en los velorios,
mientras que en Panamá actualmente se lo conoce como “la navidad auténticamente
panameña”. Esto se originó cuando una mujer del pueblo Garachiné encontró la
figura del Niño Dios en las aguas del río San Antonio, y junto a sus hijos y
otros miembros de la comunidad, le compusieron canciones. El Bunde colombiano
es utilizado en ritos fúnebres ejecutado a manera de rondas para niños y
jóvenes mientras los adultos se ocupan del rito mortuorio. Cuando estos cantos
se aplican a funerales de negros adultos reciben el nombre de Chigualos.
Los actos fúnebres comienzan con cantos de arrullos, como invitaciones a
descansar y luego recurren a juegos en los que intervienen toda la
concurrencia.
Con el paso del tiempo el Bunde colombiano dejó su carácter fúnebre,
usándose esta denominación para rondas y juegos infantiles con letras o textos
explicativos de su carácter lúdico. También es utilizado para cantos navideños
y para los grupos instrumentales callejeros con los que se celebran las
festividades de los santos patronos de la región Pacífica. En estas fiestas se
dan concentraciones callejeras donde los afro descendientes bailan al son del
redoblante, bombos, platillos, trombón y saxofón, eliminándose toda referencia
religiosa, tomando las canciones un tono secular. En Panamá, el Bunde es un
baile con un gran sentido religioso, que constituye un híbrido de los
diferentes aportes étnicos. Se celebra en los poblados de la vertiente del
Pacífico, en la provincia de Darién, entre el 6 de diciembre y el 6 de enero
durante todas las noches. Para asegurar la celebración del Bunde se requiere de
una familia unida en matrimonio o una mujer en estado de viudez que goce de buena
reputación, quienes se encargarán del custodio de la estatuilla del Niño Jesús
durante todo el año. La celebración comienza con la confección de un altar
donde reposará la estatuilla. Posteriormente se escoge la residencia de algún
poblador respetado de la localidad, al que se denomina “mayordomo”, y al altar
que se instala en su propiedad se le dice “nicho”. Al mismo tiempo, los
lugareños recogen limosnas para costear cada noche de celebración. También se
escogen los padrinos, quienes corren con los gastos que representa ofrecer
dulces, refrescos y demás platos para los niños.
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