Cada cuatro años la ciudad de Imst (Estado de Tirol, Austria), celebra
la fiesta del carnaval (o Fasnacht), el domingo que precede al tiempo litúrgico
cristiano de la Cuaresma. El regocijo principal es el Schemenlaufen, un desfile
con bailarines disfrazados y con máscaras llamadas schemen. Sus personajes
principales son parejas de hombres, en la que uno va ataviado con un traje de
cascabeles y el otro lleva esquilones (cencerros de gran tamaño) que pueden
pesar hasta 35 kilos. Ambos ejecutan una singular danza musical compuesta por
saltos y reverencias, al ritmo de la cual los cascabeles y esquilones suenan en
tonos graves y agudos. Son cincuenta y cinco las parejas que desfilan
acompañadas por otros personajes enmascarados que remedan sus pasos de baile
pausadamente. Otros personajes mantienen el orden, dando palmadas a los
espectadores o arrojándoles agua, mientras que una joven desparrama polvos
perfumados entre el público. En el desfile también hay deshollinadores enmascarados
que trepan por las paredes de las casas para mostrar su bravura, brujas que
lanzan gritos a la muchedumbre acompañadas por las melodías disonantes de una
banda de música, y osos blancos o pardos que muestran su fuerza al público. El
carnaval agrupa a toda la población de Imst en torno a un objetivo común:
organizar la fiesta de carnaval ateniéndose a una antigua tradición. Los
vecinos de Imst, y más concretamente las mujeres, aprenden en la escuela
técnicas para confeccionar los trajes utilizados en el desfile, mientras que
los herreros de la ciudad forjan cascabeles y esquilones. Cualquier habitante
de la ciudad puede esculpir máscaras de madera y las técnicas artesanales
tradicionales, se suelen transmitir en el seno de la familia o se enseñan en
cursos especiales.
No hay casi registros escritos sobre el Fasnacht de los viejos tiempos.
Sin embargo, en 1597, el Mummenreyen (uso de máscaras), fue prohibido en Imst
porque el día señalado coincidía con una fiesta de la iglesia. También la
amenaza de los turcos y epidemias fueron utilizados como justificación para
prohibir las procesiones de carnaval. Tanto las autoridades seculares como
eclesiásticas, trataron con regularidad de frenar e incluso prohibir el
Fasnacht. En el siglo XVII se les permitió procesiones, a condición que se
llevara a cabo de manera ordenada y sin perturbaciones. En la época de la
Ilustración (siglo XVIII), cuando se intentó subordinar todo a la razón, las
autoridades tenían poca simpatía por esas costumbres retrógradas del Fasnacht.
Una demanda en Pfunds, un pueblo cercano a Imst en el Tirol, reflejó el grado
en que las personas resistieron tales prohibiciones. En 1775 varios niños
fueron acusados de tener máscaras gastadas y desfilar por su pueblo violando
así la prohibición. En su defensa, los chicos afirmaron que habían oído de
procesiones similares que se habían celebrado en Imst. Lamentablemente fue en
vano ya que fueron condenados de todos modos. En el gran incendio de 1822, muchos
disfraces, máscaras y documentos, fueron destruidos para siempre. El siglo XIX
fue un período crucial para la existencia del Fasnacht, ya que el conflicto con
las autoridades civiles y religiosas llegó a su clímax. Recién en 1908 los
funcionarios de la ciudad dieron su consentimiento pero bajo una serie de
requisitos. Durante las dos Guerras Mundiales, las celebraciones se detuvieron.
En las décadas de los 60 y 70 creció el interés de los medios de comunicación,
televisándose el Schemenlaufen por primera vez en vivo en 1981. Ya en el siglo
XXI, la gente de Imst sigue su lucha por mantener viva esta tradición.
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