La Danza de San Sebastián de Aldán tiene lugar cada 20 de enero en
Aldán, parroquia de San Cibrán en Aldán, del municipio gallego de Cangas del
Morrazo (Pontevedra) España, coincidiendo con las festividades de este santo.
La danza en honor a San Sebastián, más conocida como A Danza de Aldán, se
realiza en el atrio de la iglesia, aunque a veces se repite en el mismo en
otros puntos de esta parroquia. La fiesta y la tradicional danza fueron
declaradas de interés turístico en Galicia en el año 2005. Hasta el año 1995,
el baile se celebraba por la tarde en el patio del pazo de los Condes de Aldán.
Actualmente se baila por la mañana, al final de la misa, solemne de las 12:00
hs, y por la tarde se vuelve a bailar aunque ya sin conexión religiosa, en dos
ocasiones, a las 17:00 en el recinto de la fiesta, y a las 18:00 en la alameda.
En caso de lluvia, se celebra siempre en el colegio de las monjas de Aldán. La
danza es ejecutada por diez galans (bailarines), cinco damas y un guía, aunque
se cree que en sus inicios era representada únicamente por varones. Las mujeres
deben ser forzosamente solteras. Esta particular danza está considerada por su
antigüedad como “danza ancestral”, aunque no es posible establecer con total
exactitud su origen debido a la inexistencia de demasiada documentación al
respecto. Se tiene constancia de que la tradición de esta danza es anterior a
1678, dado que en documento datado en septiembre de ese año, se registra la
constitución de la cofradía en honor al Glorioso Señor San Sebastián, donde se
menciona ya la existencia de la Danza de Aldán y se hace referencia
a ella. Existen diferentes hipótesis sobre el origen de esta tradicional danza,
muy vinculada a otras que se llevan a cabo en esa comarca, como la de Darbo en
honra de Santa María (8 de Septiembre) y San Roque (16 de Agosto).
A pesar de ser desconocido tanto el origen como el significado de la
Danza de Aldán, sí se tiene constancia que nació con un marcado carácter
votivo, en tanto que tradicionalmente los danzantes eran vecinos que ofrecían
su danza al santo en cumplimiento de una promesa. Algunos la califican como una
fiesta específicamente religiosa nacida para honra del santo, mientras que
otros la sitúan como una celebración pagana que fue, como tantas otras, objeto
de cristianización. Otras voces apuntan sencillamente a una danza nacida en
imitación de las danzas palatinas medievales, teoría que parece cobrar bastante
fuerza si se tiene en cuenta que los pasos del baile guardan una similar
semejanza con los que por Medioevo se bailaban en la corte, como es el caso del
Minué. Los hombres llevan un traje negro, sombrero de
fieltro y zapatos negros. En el pecho llevan una banda con los colores de la
bandera nacional. Las mujeres van vestidas de blanco, mantón de manila,
delantal negro, pañuelos de distintos colores sobre los hombros y unos vistosos
sombreros adornados con flores y cintas como símbolo de fertilidad. Pendientes
y collares complementan este vistoso y pesado traje que hace que los
movimientos de las damas sean reposados y lentos. La organización de esta danza
corre a cargo de la Asociación Cultural San Sebastián y de un mayordomo, que
recauda por la parroquia el dinero necesario para cubrir los gastos, entre los
que se incluye la tradicional cena del 19 de enero. El baile tiene especial
brillantez por la mañana, cuando se baila ante los santos. Comienza con la venia
a San Sebastián y a la cruz. Los danzantes se inclinan seis veces ante cada
imagen: tres veces cuando se acercan y otras tres al volver a su posición. El
guía dirige en todo momento los movimientos del grupo, que baila siguiendo el
son de la flauta y el tambor, acompañados del ritmo que hacen sonar las
castañuelas de los galans en el inicio de cada compás. Esta clásica danza
finaliza con una Muñeira a modo de contradanza.
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