Los Baul son trovadores místicos que viven en las zonas rurales de
Bangladesh y en el oeste de Bengala, India. El movimiento Baul, que alcanzó a
finales del siglo XIX y principios del XX, ha recobrado hoy popularidad entre la
población rural de Bangladesh. Su música y su modo de vida han influenciado a
un amplio sector de la cultura bengalí y particularmente ha tenido una
influencia capital en la obra del poeta y compositor Rabindranath Tagore. Los Baul
pueden vivir cerca de un pueblo o se desplazan de pueblo en pueblo. Se ganan la
vida cantando acompañados por la ektara, un instrumento de cuerdas; un laúd
llamado dotara y un tambor llamado dubki. Los Baul pertenecen a una
tradición piadosa no ortodoxa influenciada por el hinduismo, el budismo, el
vaishnavismo bengalí y el sufismo, aunque se diferencian claramente de ellos.
Los Baul
no se identifican con ninguna religión, ignoran el sistema de castas y no
tienen divinidades, ni templos ni lugares sagrados particulares. La poesía, la
música, los cantos y la danza de los Baul exploran la relación del hombre
con Dios y exaltan la liberación espiritual. Sus cantos piadosos se remontan al
siglo XV, cuando aparecieron por primera vez en la literatura bengalí. La
música Baul representa un tipo particular de canto popular, con
influencias del movimiento hindú bhatki, así como del suphi, una forma de canto
sufí. El gurú también utiliza los cantos, que se transmiten oralmente, para
enseñar a los discípulos la filosofía Baul. La lengua de los cantos se
moderniza continuamente, lo que les confiere una pertenencia contemporánea. La
preservación del canto Baul y del contexto general en que
se interpretan depende, sobre todo, de la situación socio-económica de los que
lo practican, cuya situación ha empeorado en las últimas décadas a causa del
empobrecimiento general de las zonas rurales.
Cantantes y sabios espirituales e iconoclastas, los Baul pertenecen a
una tradición oral nacida del encuentro entre místicos sufíes, viajantes desde
la cintura transcaucásica, con los sabios tántricos de las llanuras del Ganges
(Sahajiya). Los Baul veneran la energía femenina, condenan el sistema de castas
y el fanatismo de los mullah (personas versadas en el corán). Muestran su
espíritu universal pasando de una religión a otra. Un Baul hindú puede tomar un
maestro sufí y viceversa. Las canciones Baul son improvisadas por los
cantantes que buscan lo femenino en su interior. Las letras aluden a menudo, a
los amantes apasionados Radha y Krishna. Esta pareja representa dos aspectos de
la misma realidad, el principio masculino y el principio femenino. Una palabra
clave para los Baul es ultasadhana, o sea, la disciplina de la contemplación,
la exploración de su ser interior, la escucha de los relojes internos que
reverberan en el cuerpo. Esta disciplina ayuda a explicar el frenesí de su
música, la brusquedad de sus silencios y la excentricidad de su comportamiento.
Para el Baul, el juego o abhinaya, es una actividad práctica inculcada
en la disciplina cotidiana: el canto, la improvisación, el baile, la
celebración y la repartición de la comida. Los cantantes Baul son tradicionalmente
apoyados por los pueblerinos bengalíes. Viven en simbiosis con su alrededor,
comparten sus vidas, sus migraciones, sus sufrimientos, sus luchas y sus
felicidades, tirando metáforas de la vida cotidiana para expresar la sabiduría
de los ancianos. Los Baul piensan que esta sabiduría se
puede alcanzar por el canto, la creación y a través de la unión con una pareja
de vida, bajo la tutela de un sabio auténtico.
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