Seguramente el
aislamiento que vivió la región de Tierra Caliente, en Michoacán (México), a lo
largo de los siglos, favoreció la conservación del género poético-musical
conocido como Valona, asociado a un conjunto instrumental conformado por un
arpa llamada “grande”, de alrededor de 36 cuerdas, dos violines, una vihuela
(la pequeña guitarra con joroba que usan los mariachis), y una jarana o
guitarra de golpe, de cinco cuerdas. Este conjunto, llamado de “arpa grande”,
ejecuta además géneros tradicionales como el Jarabe, el Son planeco, y en
fechas recientes incorporó a su repertorio Rancheras y Corridos. Se cree que el
nombre del género pueda ser una derivación del “vale” o “valedor”, términos muy
comunes hasta nuestros días en la región y otras zonas rurales mexicanas. De
ahí vendría la expresión “hazme la valona”, es decir, un favor, o bien, una
composición poética improvisada, un saludo en verso, un panegírico, etc. Cabe
señalar que aún en la actualidad, la Valona se usa precisamente para la
improvisación, por lo general con un tema a propósito de la situación festiva
que se enmarca la música, o bien para entablar una controversia con un trovador
rival. Poéticamente, la Valona de Tierra Caliente se constituye por una glosa,
forma poética hispánica que data del Siglo XVII y que se caracteriza por la
inclusión de un poema breve en uno mayor, para explicarlo, ampliarlo,
refutarlo, etc. En el Siglo XIX encaraban temas sobre la vida social del país,
tanto hechos políticos como fenómenos naturales, sobrenaturales, crímenes y
catástrofes, con una reflexión final muchas veces satírica.
En la Tierra
Caliente michoacana se ejecuta siempre una melodía instrumental con tipo de
marcha, como introducción a manera de interludio entre cada estrofa. Más que
cantarlo en sentido estricto, el valonero recita el texto, soliendo decir un
“¡Ay!” antes de los versos primero, tercero, sexto y octavo. Al final de la
última parte instrumental se agrega una cuarteta de despedida, un son o un
fragmento a manera de salida. La Valona constituye, pues, una unidad
poético-musical compleja que se baila. En ella prevalece la buena enunciación,
por lo que los valoneros recitan los textos con una leve variación tonal para
hacerlo comprensible al público. Además del carácter reflexivo, en la Valona
prevalece la intención de narrar una anécdota, que generalmente da cuenta de un
tipo popular determinado. Así se describe al ladrón, el padrastro, el cazador,
la suegra, la esposa insaciable, los narcos, etc. “describiendo” la compleja
personalidad de un individuo a través de algunos rasgos con el propósito de
provocar la risa. En el último tercio del Siglo XX se revitalizó el género con
un nuevo repertorio, que si bien prescindió de la forma glosada, continuó con
su carácter humorístico. Se incorporaron temas actuales como la migración a
EEUU, el transexualismo, el narcotráfico y hasta el viagra. Esta adaptación al
carácter actual augura una larga vida a esta tradición centenaria, por cuya
óptica poética se sigue reflexionando satíricamente acerca de acontecimientos
de interés para la vida de los pobladores de esta región del Estado de
Michoacán.
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