La danza de los Doctorcitos es una especialidad de
las dieciocho que acoge el fastuoso Carnaval de Oruro, Bolivia. Los Doctorcitos
se originó como una sátira a los abogados y tinterillos de la Colonia, que
junto con sus secretarias, tenían una forma particular de vestirse y
comportarse. También era peculiar su forma de hablar, dando a entender que eran
los mejores letrados a pesar de no haber estudiado para ejercer dicha
profesión, motivo por el cual recibieron el apodo “wayras levas”, una mezcla de
quechua con español, pues “wayra” en quechua significa viento, en tanto que
leva era el traje típico de las clases adineradas. Aparentemente eran ridiculizados
por los indígenas y la burguesía criolla boliviana por su mala imitación del
español. Los abogados de ese entonces fueron bautizados “Doctorcitos” en el
ambiente andino, personajes que se constituían en amos de la sociedad a título
de leyes, a quienes el pueblo estaba obligado a rendir pleitesía, y quienes en
el imaginario popular, eran los responsables del mal manejo de la
administración pública y de los innumerables pleitos que se suscitaban entre
los litigantes. Muchas veces esos leguleyos cometían atropellos en contra de
los desposeídos. Durante la República, con la herencia colonial, los Doctorcitos
siguieron manteniendo su actitud amanerada y una vestimenta de rigor, cosa que
ridiculiza la danza en su coreografía, mostrando la parte bufa de las conductas
sociales. Se presume que el origen de esta danza está en Uncía, población
minera ubicada al norte de Potosí.
La danza de los Doctorcitos nació interpretada solo
para hombres, pero actualmente se ha convertido en mixta. Se aprecia que esta
danza es una comparsa de carácter ambulatorio, pantomímica, picaresca, con
algunas habilidades: avanzan en dos filas, luego se cruzan haciendo piruetas y
quedando siempre en dos filas. Forman un círculo y mueven cómicamente el
bastón, simulan formas con afección, saludan ceremoniosamente, se limpian la
nariz con un enorme pañuelo rojo rascándose continuamente la cabeza y
pantorrillas, mandando besos efusivos a las mujeres y señalando su sexo con el
bastón, con el cual marcan también delicadamente el suelo al ritmo de la
música. El traje es propio de comienzos del Siglo XX y se exageran los
complementos, tales como el reloj con una enorme cadena, los guantes
desmesurados, la flor en la solapa, de papel y gigantesca, los bigotes
kaiserianos, y la nariz, a veces acompañada de anteojos, roja y descomunal.
Algunos llevan en su pechera enormes condecoraciones hechas de lata, y en la
espalda un cartel que dice Weracocha, que significa caballero. Las damitas
tienen una falda oscura que ciñen a la cintura, cuyo largo llega hasta encima
de las rodillas, chaleco y en las manos llevan guantes y bastón. En el Carnaval
de Oruro, la danza está representada por el grupo Doctorcitos Itos, creado
en 1981 por algunos trabajadores del distrito minero de San José, ubicado en la
zona noroeste de la ciudad. En los primeros años participaron en el conjunto
trabajadores mineros, sus familias y algunos vecinos del lugar, debido a la
cercanía de la mina.
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