El Political Hip-Hop o Political Rap es un subgénero del
Hip-Hop nacido en la década de 1980, inspirado en cantantes afroamericanos de
temática política de los años 70, tales como The Last Poets y Gil
Scott-Heron. En los 80, el Rap Político llegó a su cumbre en EEUU.
Grupos como Public Enemy, Boogie Down Productions (BDP) y Niggers
With Attitude (NWA), expresaban cada uno a su manera, el descontento de
los habitantes de los ghettos de las grandes ciudades del país
, con la falta de
oportunidades económicas para los más pobres y la violencia política,
especialmente en contra de los negros y latinos. La virulencia de las letras,
recuperando muchas ideas y nombres del movimiento negro de los años 60 y 70
llamaron la atención, y los grupos llegaron a ser blanco de investigaciones por
parte del FBI. Congresistas de derecha hacían discursos rabiosos y paranoicos
en contra del Hip-Hop. Mientras hacían eco por los ghettos negros y latinos de
EEUU, versos descarnados en contra de la policía, como “Fuck the Police”/”They
Have the Authority to Kill a Minority”, de NWA, una insatisfacción
creciente resultó en una serie de revueltas en 1992, principalmente en Los
Ángeles, donde policías acusados de dar una golpiza al taxista negro Rodney
King, captados por un camarógrafo amateur un año antes, fueron absueltos por un
jurado formado mayoritariamente por blancos. Después los vientos cambiaron en
EEUU. La sucesión de gobiernos republicanos fue interrumpida en 1993 con la
llegada del demócrata Bill Clinton.
Favorecida por políticas de libre mercado, las privatizaciones y nuevas
tecnologías, como la difusión de internet, la economía norteamericana vivió un
período de gran prosperidad. En paralelo, el Hip-Hop ganó espacio en el mainstream
al mismo tiempo que la protesta política pasó a ser una corriente minoritaria.
Ganaba espacio, principalmente el Gangsta Rap, cada vez celebrando más
un modo de vida consumista de artistas que empezaban a ganar dinero con la
música. Si los videoclips de Hip-Hop antes denunciaban la violencia de la
policía en contra de los jóvenes en la calle, ahora pasaron a mostrar como un
negro podía ser detenido por sospechoso por conducir un auto de lujo de último
modelo. En el filo de la navaja, entre las dos tendencias, quedaron personajes
como Tupac
Shakur, luego conocido como 2pac. Pero la centella de conciencia
política y revuelta traída por el Hip-Hop, como herencia de los movimientos
negros de los 60 y 70 no murió, solamente emigró. Escondida en los calabozos de
la globalización, se esparció por todos los continentes. En Francia fue la
banda sonora de las revueltas de los jóvenes de los barrios pobres en contra de
las políticas neoliberales y la violencia policíaca. En Palestina, envuelve la
lucha de los jóvenes de la Intifada. En África, el fruto de la diáspora negra
volvió para sembrar la desobediencia civil contra el autoritarismo. Y fue en
América Latina donde la semilla del Hip-Hop encontró el suelo más fértil.
Mientras que el Hip-Hop se volvió parte de la industria cultural
norteamericana, a finales de los años 90 en Latinoamérica, se convirtió en
catalizador de núcleos de formación en las periferias urbanas y en la voz de
los oprimidos.
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