La Pirekua es uno de los géneros musicales propios del pueblo P’urhépecha,
del Estado mexicano de Michoacán. Originalmente la Pirekua nació en el Siglo
XIX del sincretismo de la música y cantos religiosos de los evangelizadores
europeos con las reminiscencias de la música indígena. La palabra Pirekua en
lengua P’urhépecha significa “canción” y por lo general todas las Pirekuas son
cantadas en la lengua nativa y algunas en castellano, incluso muchas veces
intercalan ambos idiomas y otras tantas son interpretadas instrumentalmente. Se
destaca por su carácter noble, nostálgico y sentimental. Aunque este género no
es muy conocido en otras regiones de México, en Michoacán es una parte
importante de la cultura de los P’urhépecha, incorrectamente llamados Tarascos
por los invasores españoles. A través de esta música se transmiten valores
éticos, el pensamiento y la memoria de su devenir histórico y social. El
reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, otorgado
por la UNESCO, establece ciertas condiciones que debe cumplir una práctica para
ser tenida en cuenta, y la Pirekua representa la lengua, tradición y expresión
oral originarias, se manifiesta a través de las artes y tiene un significado de
práctica social, ritual y festiva.
La Pirekua es un canto interpretado por los Pireris (intérpretes), habitualmente cantada a una o dos voces masculinas, aunque también pueden ser femeninas o mixtas, y acompañadas por guitarra sexta, contrabajo, vihuela o arpa y violín. También puede acompañarse con coros, orquestas de cuerdas y conjuntos musicales de instrumentos de cuerdas y vientos. Generalmente se canta con un ritmo lento acompasado. Los Pireris son reconocidos por su creatividad y la interpretación de canciones antiguas. Las letras de las canciones abarcan una gran variedad de temas: lo que sienten, lo que piensan y analizan del mundo y la Madre Tierra, lo que les preocupa, lo que les divierte o los hace sufrir, así como acontecimientos históricos, religiosos, hábitos y costumbres sociales y políticas, amor y noviazgo, entre otros. Esto les permite hacer una especie de catarsis al hacer poesía con música. Así mismo, los Pireris se convirtieron en mediadores sociales al utilizar este canto para expresar sentimientos y comunicar acontecimientos especiales. En las festividades la Pirekua se canta en las casas y en diversos acontecimientos sociales. La Pirekua también transmite tradiciones, costumbres, cómo se hacen y cuáles son las artesanías y las vestimentas. Este canto tradicional constituye un signo distintivo de identidad para más de cien mil P’urhépechas, y es que la Pirekua tiene una vigencia a prueba de lo que pueda venir, y los poetas compositores tienen mucho que decir de los hombres y mujeres de Michoacán.
La Pirekua es un canto interpretado por los Pireris (intérpretes), habitualmente cantada a una o dos voces masculinas, aunque también pueden ser femeninas o mixtas, y acompañadas por guitarra sexta, contrabajo, vihuela o arpa y violín. También puede acompañarse con coros, orquestas de cuerdas y conjuntos musicales de instrumentos de cuerdas y vientos. Generalmente se canta con un ritmo lento acompasado. Los Pireris son reconocidos por su creatividad y la interpretación de canciones antiguas. Las letras de las canciones abarcan una gran variedad de temas: lo que sienten, lo que piensan y analizan del mundo y la Madre Tierra, lo que les preocupa, lo que les divierte o los hace sufrir, así como acontecimientos históricos, religiosos, hábitos y costumbres sociales y políticas, amor y noviazgo, entre otros. Esto les permite hacer una especie de catarsis al hacer poesía con música. Así mismo, los Pireris se convirtieron en mediadores sociales al utilizar este canto para expresar sentimientos y comunicar acontecimientos especiales. En las festividades la Pirekua se canta en las casas y en diversos acontecimientos sociales. La Pirekua también transmite tradiciones, costumbres, cómo se hacen y cuáles son las artesanías y las vestimentas. Este canto tradicional constituye un signo distintivo de identidad para más de cien mil P’urhépechas, y es que la Pirekua tiene una vigencia a prueba de lo que pueda venir, y los poetas compositores tienen mucho que decir de los hombres y mujeres de Michoacán.
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