Corría el año 64 y era la época en que muchos jóvenes de pelo largo se volcaban a playas desconocidas como una forma de reencuentro con la naturaleza o siguiendo alguna línea intelectual llegada desde el exterior. Moris, junto a tres socios, se trasladó a Villa Gesell y crearon el Juan Sebastián Bar. Hacia allí se trasladó Javier Martínez y junto con Moris y Rocky e Iván Rodríguez, formaron los Beatnicks. Mientras tanto, en Buenos Aires, en Pueyrredón 1723 funcionaba Pasarotus, un local en donde se juntaban músicos de Jazz. Poco a poco, los pioneros del Rock empezaron a frecuentar el lugar que pasó a llamarse simplemente La Cueva. Enfrente a la Plaza Once se ubicaba otro sitio clave de nuestra historia: La Perla del Once. En esta combinación de pizzería y confitería, Javier Martínez comenzó a componer el repertorio de Manal. A comienzos del 66 los Beatnicks debutaron en La Cueva. Si bien lograron grabar un simple con los temas “Rebelde” y “No finjas más”, apenas si vendieron 200 copias. Pero por los deseos de Moris de iniciar una carrera solista, el grupo se separó. Mientras en Buenos Aires el Rock se iba gestando en torno a “La Perla del Once” y “La Cueva”, apareció en escena Rosario. Allí, desde 1963 existía el grupo The Wild Cats, liderado por Ciro Fogliatta. Al quedarse sin cantante, eligieron para su reemplazo al adolescente Lito Nebbia, de sólo catorce años. Con nuevo cantante la banda pasó a llamarse Los Gatos Salvajes y en el 64 bajaron a Buenos Aires. Un año después, consiguieron presentarse con éxito en el programa de TV “Escala Musical”. Donde no les fue bien fue en el terreno discográfico ya que su único álbum, grabado en el 65, apenas vendió 900 copias, por lo que surgió el dilema sobre seguir intentándolo o volverse a casa. Sólo Fogliatta y Lito Nebbia permanecieron en Buenos Aires, dando origen a una de las leyendas del Rock argentino: Los Gatos. El 23 de junio de 1967 con la edición del simple de Los Gatos La Balsa y Ayer Nomás, surgió de una vez por todas el Rock Nacional. El disco vendió 200 mil copias. El Rock argentino tenía su primer éxito masivo, por lo que el movimiento cobró fuerza y empezaron a aparecer más grupos. ¿Por qué y cómo surgió en Argentina, país alejado de los centros anglosajones del Rock, un movimiento que perdura luego de más de 40 años? Precisamente, la lejanía de Argentina impidió que el país quedara dentro de las giras de los grandes grupos de Rock de los 60. Esta ausencia, sin embargo, resultó beneficiosa, ya que obligó a crear un lenguaje propio, su ritmo propio, sin quedar apabullados por el despliegue de las grandes bandas. Algo semejante ocurría con los discos. Si bien los Beatles y los Rollings se editaban con regularidad, no ocurría lo mismo con el resto de los grupos y los discos importados eran demasiado caros para los bolsillos de los fans. Otro aspecto que favoreció el surgimiento del Rock en Argentina fue el auge de la música folklórica de comienzos de los 60. En cada hogar apareció una guitarra que alguien sabía tocar. Es así como las guitarras criollas se convirtieron, mediante exóticos y caseros sistemas de amplificación, en eléctricas.
A partir de entonces, los conjuntos empezaron a surgir como hongos. Así aparecieron Manal y Almendra, que junto a Los Gatos conformaron la primera trilogía del Rock Nacional. Almendra, con Luis Alberto Spinetta, llenaba las melodías de poesía con el Tema de Pototo y el clásico Muchacha ojos de papel. Manal, con Claudio Gabis, Alejandro Medina y Javier Martínez, tocaban Blues. Miguel Cantilo y Jorge Durietz idearon el dúo Pedro y Pablo y editaron el simple Yo vivo en una ciudad. En 1968 Miguel Abuelo y Pipo Lernoud armaron la primera formación de Los Abuelos de la Nada, banda a la que se sumó Pappo. Se creó el sello Mandioca, el primero dedicado al Rock Nacional. Desde Quilmas llegó Vox Dei, que en el 71 grabó el disco conceptual La Biblia. La onda expansiva avanzaba y nuevos grupos y estilos subían a escena. Entre ellos Alma y Vida, Arco Iris y La Cofradía de la Flor Solar, artistas de La Plata que intentaron una forma de vida comunitaria. En una vertiente más dura y contestataria, surgió Billy Bond y la Pesada del Rock. El Rock, mirado de reojo por la sociedad que no soportaba a esos “extraños de pelo largo”, no tardaría en ser perseguido por la censura y la represión.
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