martes, 11 de noviembre de 2008

Música Bretona (Francia)



La música Bretona es de una variedad increíble. Interpretada, cantada y danzada, atrae por sus ritmos sólidos y complejos, por sus cantos Gwerzh, nacidos de la profundidad del alma bretona, y que son a menudo de una belleza inaudita. Interpretada de manera tradicional seduce a todos los que la oyen por la relación evidente que establece con el mar, la tierra, el trabajo, el duelo y la fiesta. Interpretada de manera más moderna, con instrumentos o arreglos procedentes del Blues o del Rock, atrae a todos los que están abiertos a la innovación y la autenticidad en la música. La música bretona tiene sus raíces en la cultura Celta y en los bardos medievales. Tiene sus orígenes tanto en la población del País de Gales, que emigraron en masa a Bretaña entre los Siglos IV y VI, así como en las de Armorique, celtas continentales. Si bien su instrumentación le es prácticamente propia a la de un pueblo Celta, tiene cierta relación con la tradición musical China. Al parecer, no hubo ningún contacto directo entre bretones y chinos. La Ruta de la Seda era una carretera controlada por numerosas tribus, una de las cuales era de características celtas, establecidos al sur de China y que habían adoptado el Islam como religión. A través de la Ruta de la Seda, los diferentes pueblos adoptaron la Bombarda, especie de flauta de origen chino, hasta que llegó a los celtas de Europa, que la desarrollaron y dieron origen a la Gaita. La música bretona antigua se asemejaba mucho a la de hoy en esencia. Poseía características célticas intrínsecas tanto en la musicalidad, su instrumentación y su repertorio. La llegada del cristianismo en Bretaña, aportado por los inmigrantes galeses, agregó al repertorio rural nuevas clases musicales. La tradición de la música que se canta y baila (caravasar ha diskan) y de la música instrumental de Gaita y Bombarda (dúo Biniou), está muy presente aún en Bretaña. La cultura céltica inspiró a los músicos bretones que desde hace algunas décadas tuvieron éxito mas allá de las fronteras de Bretaña. Fue influenciada desde el extranjero por otros países célticos que enriquecieron la tradición musical bretona.
Durante mucho tiempo la música bretona se dividió entre la música festiva (para acompañamiento de las danzas), la música descriptiva o de circunstancia (gwerzioù), y la música religiosa (Kantikou brezhoneg). Durante siglos fue la música de los señores pero hoy en día se ha convertido en una expresión popular. En la Edad Media se utilizaba el arpa como instrumento principal, lo que hacía imposible el acceso a la música por parte de los campesinos empobrecidos. La Revolución Francesa mejoró las condiciones de vida y permitió la llegada de las artes oficiales a las clases populares, por lo que la música y la danza se vieron muy beneficiadas. En 1850 el ferrocarril cruzó por Bretaña. A lo largo de su recorrido se instalaron fábricas. Los pueblos y la campaña tuvieron un desarrollo económico nunca antes visto. Como consecuencia, la gente quería divertirse, cantar y bailar. Al antiguo oboe, convertido por carpinteros expertos en Bombarda, se le unió la Gaita bretona, descendiente del Veuze de Loire-Atlantique. Los instrumentos que comenzaron a utilizarse desde entonces son: la Gaita-Koz, que es un instrumento bretón más representativo; el Veuza. Gaita de un bordón parecida a la Cornamusa medieval; el Vileann, una Gaita mas sofisticada de tres bordones; la Bombarda; que es de la familia de los oboes; el Whistle, pequeña flauta metálica; el Bordan, es un viejo tambor irlandés; y el Acordeón diatónico. El Renacimiento de la música bretona se dio a partir de la segunda mitad del Siglo XX. Desde entonces se comenzaron a utilizar otro tipo de instrumentos como guitarra, batería e instrumentos eléctricos. Todo eso lo facilitó la aparición de músicos como Alain Stivell, Erick Marchand o Tri Yann, quienes actualizaron los temas antiguos llevándolos a un público más amplio y diverso.



















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